La Real Academia de la Lengua ha vuelta a poner en marcha una nueva campaña para defender el español de tanto anglicismo, sobre todo en el mundo de la publicidad, en el que se hace un abuso excesivo.
La RAE denuncia cómo se puede engañar a los consumidores e hipnotizarlos con el uso de los extranjerismos y pone como ejemplo dos anuncios en los que haciendo un uso «muy cool» de las imágenes y con una voz sinuosa y ajustada al producto que se vende y al perfil del cliente se publicitan dos artículos. Uno de ellos es a «new fragance, new woman» que con el sugerente nombre de Swine, dan ganas de comprarlo mientras que en el otro se publicitan unas una gafas de sol para un «great man» que confieren un «look fashion» y dan un efecto «blind effect», que suena de maravilla.
Una vez mostrados los anuncios la RAE descubre que las cualidades de los productos son en realidad defectos, que Swine significa cerdo, con lo que estás comprando un perfume que huele al animal de la pocilga y que 'blind effect' es un efecto ciego y que las susodichas gafas no dejan ver nada pero claro, como estaba en inglés, suena bien y nos cautiva.
La RAE entiende que hay anglicismos inevitables vinculados a la tecnología que entran y se quedan, como wasapear, porque no hay opciones en nuestro léxico pero en el mundo de la publicidad y el marketing se da un abuso. En la vida cotidiana también pasa. Existe cierto vínculo entre ser moderno -o al menos parecerlo- y utilizar palabras en inglés, tipo 'blazer' o 'jeans' en lugar de americana y vaqueros. Pareciera que hablar el español puro y castizo está desfasado y te hace ser o parecer un poco cateto.
La moda de los anglicismos ha llegado también a las empresa. Muchos cargos directivos se escriben ahora en inglés. El CEO, el senior manager, el COO se han impuesto desfigurando nuestro idioma, el segundo más hablado del mundo con más de 500 millones de personas.
Como periodista he de reconocer que los medios de comunicación también nos dejamos llevar por las modas y abusamos de los anglicismos en más de una ocasión. Sin embargo, muchas veces no lo hacemos por devoción sino por obligación, por necesidad y economía del espacio. No es lo mismo encajar en el titular de un periódico libre de impuestos en lugar de 'tax free' o 'bunkering' frente a suministro de combustible a buques.
Así que como, defiende la RAE, 'sí' al anglicismo que enriquece y complementa nuestro idioma y 'no' a los que invaden y menosprecian nuestra lengua, una de las más ricas del mundo, llena de matices y significados.
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