Buenas noticias
«Vengan de donde vengan y de quien vengan toca reconocerlas y aplaudirlas»
Acostumbrados como estamos a vivir casi en permanente desazón, con una realidad empecinada en no hacerle caso a aquel ilustre director del nunca suficientemente venerado rotativo inglés The Times que predicaba que ninguna noticia que atragantase a sus lectores merecía ir en la portada de su periódico y con un plantel de líderes envanecidos, narcisistas, ávidos de reconocimiento popular y guiados por sus delirios de grandeza, a los que les importa más lo que se enseña que el trabajo realizado, nos encontramos con una sucesión de buenas noticias que desmontan aquella otra máxima del periodismo que rezaba que las buenas noticias no son noticia. Las hay y existen. Bienvenidas sean y que se prodiguen.
En estos días en los que para los protagonistas políticos lo que importa es la sobreactuación de la discordia; porque, como dice Fernando Vallespín, en España no se hace política, se hace la guerra, nos encontramos con que alcanzamos tasas históricas de empleados, el salario mínimo registra una sustancial subida, las perspectivas turísticas son bonancibles, las ventas del comercio minorista registran un nuevo ascenso y el abandono escolar se reduce drásticamente.
Podríamos poner muchos peros a cada una de ellas, como también podría decirse que instalarse en el fatalismo conduce a la melancolía. Así que, por tanto, felicitémonos por esas informaciones positivas que se han colado entre tanto desencuentro alimentado por quienes debieran predicar concordia y entendimiento; y, más aún, empeñémonos en que estas no sean solamente coyunturales sino que se acomoden en el día a día. Toca reconocerlas y aplaudirlas vengan de donde vengan y de quien vengan.
Es verdad que el paro en las islas sigue en cotas tan alarmantes como el 18,78% y estamos casi seis puntos por encima de la media nacional, pero tampoco olvidemos que llegamos a alcanzar el 33%. También podríamos convenir que el salario mínimo interprofesional, ahora en 950 euros mensuales, sigue lejos de la pretensión de colocarlo en el 60% del salario medio, pero tengamos presente que hace apenas un año estaba en 735.
Otro tanto cabría decir del turismo, al que se le barruntaba una debacle tras la crisis de Thomas Cook y resulta que los hoteles baten récord de facturación. Eso sí, bueno sería que la tibia creación de empleo que se empieza a registrar en el sector corrigiese más dinámicamente la pérdida de meses atrás. Tal vez se podría considerar minúscula la subida del 1,1% de las ventas en el comercio minorista, pero tengamos presente que se acumulan seis años al alza. La tasa de abandono escolar es 3,5 puntos superior a la media del Estado, pero en diez años ha caído nueve.
Eso sí, no perdamos el tino y descuidemos que hay que seguir apostando por la diversificación y luchando contra los desequilibrios, el desempleo, el fracaso escolar, la precariedad, los bajos salarios, la temporalidad, las listas de espera, la carestía de la cesta de la compra..., pero hoy podemos dejar de lado el encanallamiento y congratularnos.
