Desde el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC), la asociación de Mujeres en las Artes Visuales (MAV), la Asociación Islas Canarias de Artistas Visuales (AICAV) y la Asociación de la Industria Musical Canaria (AIMCA), nos dirigimos a usted para manifestar nuestro profundo malestar y preocupación por la gestión cultural de nuestra ciudad, que afecta de manera directa a lxs artistas, colectivos culturales y, en general, al desarrollo cultural de Las Palmas de Gran Canaria.
Nos preocupa el clima de total incertidumbre que existe actualmente en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, tras la dimisión del concejal y su asesor, ambos en la gestión del área de Cultura; y el nombramiento de una nueva concejala delegada que no tiene un perfil cercano al sector cultural.
Uno de los problemas más graves es el déficit de más de 3,2 millones de euros detectado en la Sociedad de Promoción de Las Palmas de Gran Canaria. Actualmente, la Fiscalía Anticorrupción está realizando una investigación para esclarecer la gestión de esta entidad, que parece haber estado marcada por la opacidad y el descontrol financiero; y se ha solicitado una auditoría externa que examine la gestión de los últimos cinco años.
Este desajuste económico es especialmente preocupante, ya que afecta de manera directa a proyectos culturales fundamentales para nuestra ciudad, como el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, una de nuestras principales fiestas y un motor de la actividad cultural y económica. El pasado Carnaval ha batido récords de gasto, alcanzando los 7,35 millones de euros, de los cuales el Ayuntamiento ha tenido que asumir 5,8 millones. Aunque el impacto económico de las fiestas en la ciudad se estima en casi 40 millones de euros, estos datos son alarmantes cuando observamos el enorme desequilibrio entre los costos y los ingresos. Los ingresos, provenientes principalmente de patrocinadores, apenas alcanzaron los 1,6 millones de euros, lo que deja un saldo deficitario de 5,8 millones para el Ayuntamiento.
El gasto desmesurado en infraestructura, como la adaptación de la parcela de Belén María y la construcción de escenarios, carpas, gradas y servicios, que costaron cuatro millones de euros, plantea serias dudas sobre la eficiencia de la gestión. Además, eventos puntuales como el concierto de Manuel Turizo, que supuso un coste de 374.000 euros; ejemplifican una política de gasto que parece no tener en cuenta la optimización de recursos ni el equilibrio entre inversión y retorno cultural.
Entre todos estos gastos, tenemos que poner el foco en la mala gestión de los espacios de titularidad municipal, que no cuentan con un equipo de trabajo para su debida administración. Hablamos, entre otros, del Museo Néstor, del Castillo de Mata, el Centro Pepe Dámaso, del Centro Cultural Jesús Arencibia, del Castillo de San Francisco o la Batería de San Juan.
Todos estos espacios son parte una gestión estratégica del ayuntamiento dirigida a tener una ciudad más enriquecida culturalmente, que contrasta con el poco compromiso por parte de la administración hacia el sector cultural de la ciudad, y con la ya mencionada mala gestión. Todos estos inmuebles e infraestructuras culturales tienen muchísimas carencias, como la falta de personal, los horarios reducidos, las necesidades estructurales, etc.
Con la nueva adquisición de inmuebles por parte del Ayuntamiento, como el Fyffes y el antiguo cine de Guanarteme; se reafirma la eterna promesa de una gestión correcta y adecuada para los equipamientos culturales municipales. Sin embargo, debemos recordar que los espacios con los que ya contamos tienen enormes carencias y ni siquiera se cubren las programaciones anuales correspondientes. ¿Qué va a suceder con las nuevas adquisiciones? ¿Se contratarán gestores que administren estos espacios y que cuenten con un equipo capacitado? ¿Qué va a pasar con todos estos inmuebles, que ya son propiedad municipal y que no cuentan con una debida gestión? ¿Dónde está, por parte del ayuntamiento, la programación cultural para generar actividades culturales en todos y cada uno de los distritos de la ciudad?
¿Vamos a financiar a todo el sector cultural de Las Palmas de Gran Canaria con la misma inversión pública que se destina también al Carnaval de nuestra ciudad?
Es necesario que se realice una reflexión profunda sobre la manera en que se están gestionando nuestros recursos culturales. No solo se trata del Carnaval, que sin duda es una fiesta emblemática; sino de una política general de gestión pública que afecta también a otros proyectos culturales y artísticos. La cultura en Las Palmas de Gran Canaria no puede ser gestionada con improvisación ni con la falta de transparencia que estamos observando.
A esto se suma la falta de diálogo y participación entre el Ayuntamiento y el sector cultural local. Se han celebrado muchas reuniones en las que se promete una mayor consideración y compromiso con nuestro sector, sin llegar a ninguna acción concreta. Estamos cansadxs. Nos preocupa gravemente que, en el contexto de la candidatura de nuestra ciudad a Capital Europea de la Cultura 2031, los colectivos culturales más representativos de la ciudad hayan sido sistemáticamente excluidos de las reuniones y debates para construir una estrategia sólida y participativa. Desde abril, la comisión de cultura no ha sido convocada, y las jornadas organizadas en el seno del Ayuntamiento han marginado al sector cultural municipal, pese a las declaraciones de la Oficina Técnica de la Candidatura, sobre la importancia de un «proceso de experimentación colectiva» y la necesidad de contar con un «coro de voces distintas».
Proponemos al ayuntamiento convocar una serie de reuniones con artistas, comisarixs, gestores culturales, etc; que puedan ahondar en las problemáticas existentes en nuestro entorno capitalino. Solicitamos una mayor transparencia, y creemos necesario hacer partícipe a la ciudadanía en todo lo relativo a las políticas culturales municipales.
Ante esto, el proyecto de candidatura para la Capital Europea de la Cultura 2031 es una oportunidad única para nuestra ciudad, pero solo si se construye desde la inclusión y la participación de lxs actores culturales locales. Las Palmas de Gran Canaria tiene un potencial cultural enorme, pero este potencial no puede desarrollarse si lxs responsables políticxs siguen gestionando la cultura de manera excluyente, elitista y sin contar con lxs verdaderxs protagonistas del ecosistema cultural de la ciudad.
Instamos al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria a tomar todas las medidas urgentes requeridas para atender a esta situación. Es fundamental que se convoque a los colectivos culturales locales y que se les otorgue un papel activo en el desarrollo de las decisiones sobre la política cultural municipal, a través del Consejo Sectorial de Cultura de nuestra ciudad. También solicitamos la máxima transparencia en las investigaciones relacionadas con la gestión de la Sociedad de Promoción y la adecuada rendición de cuentas sobre el gasto en eventos como el Carnaval, las Fiestas Navideñas y las Fiestas Fundacionales que, aunque fundamentales, no deben ser gestionados a costa de otros proyectos culturales igualmente importantes.
La cultura en nuestra ciudad debe ser un motor de desarrollo económico y social, y para ello necesitamos una gestión eficaz, transparente y participativa. Desde AICAV, IAC, MAV y AIMCA, nos ponemos a su disposición para trabajar juntxs en la construcción de un futuro cultural a la altura de Las Palmas de Gran Canaria.
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