Borrar
Opinión

Guerra (Alfonso) electoral

Habló de la catástrofe de Doñana y lo primero que hizo fue exponer que el problema no es nuevo

Jueves, 27 de abril 2023, 23:22

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Crecen en la boca del Gobierno miles de viviendas, se cubren las zanjas que los ayuntamientos habían tenido abiertas durante meses como bocas menesterosas, florecen los jardines municipales, irrumpe un aire de prosperidad futura en cada soflama, da igual que quien habla pertenezca al Gobierno o a la oposición. Se percibe el tufo de las urnas, se agitan las bases. La militancia se hace más militante que nunca. La ideología se transforma en la conciencia de un 'hooligan' que solo distingue el color de su camiseta. Y en medio de este clima tórrido surge Alfonso Guerra con apariencia de echar agua a la hoguera electoral y bajar la temperatura. Solo en apariencia. Guerra, que en su día confesó estar de oyente en el Consejo de Ministros con rango de vicepresidente, nunca dio una puntada sin hilo y el líquido que suele echar a la hoguera puede ser gasolina o tolueno, pero siempre es inflamable.

Con voz calmada y actitud serenísima, el viejo roquero habló de la catástrofe de Doñana, y lo primero que hizo fue exponer que el problema no es nuevo, que viene de bastante atrás, es decir, de cuando en la Junta de Andalucía gobernaba el PSOE. Denunció que el patronato del parque nacional no se reúne, que hay una antigua sensación de abandono ahora recrudecida con la norma que quiere sacar adelante el PP y con el interés electoralista del PSOE. Doñana, dice Guerra, no debe ser utilizado como «disparadero electoral». Si el exvicpreseidente bautizó a Zapatero como Bambi y a Adolfo Suárez como el Tahúr del Misisipi, de momento le ha perdonado el apodo a Pedro Sánchez, pero no ha dejado de criticar su rumbo como presidente. Para jolgorio de la oposición.

Vitaminas para la derecha, dicen desde el Partido Socialista. Independencia dicen desde otras orillas. Sabotaje. Quebranto ideológico. Libertad de pensamiento. Deriva conservadora. Cada cual interpreta como quiere y puede las palabras y actitudes de Guerra. Lo cierto es que solo otro Alfonso Guerra parecería cualificado para ponerle un adjetivo a este Alfonso Guerra. Un desollador con ojo de halcón y lengua de navaja que llevase a la fuente bautismal de los apodos a este Guerra incontrolado que festeja la derecha y que añoran unos cuantos socialistas mudos, callados por una obediencia que Guerra en el fondo nunca conoció. Conoció, sí, la obediencia de los demás, de aquellos que si se movían no saldrían en la foto. Pero él ya está en el álbum de la historia, en el de esa Transición que tanto cuestionan los socios de Pedro Sánchez. Así que, justamente, lo que Guerra hace, lo que hizo siempre, es moverse. Y si la foto sale borrosa, mejor.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

canarias7 Guerra (Alfonso) electoral