De rallyes, recuerdos y de cómo ustedes se lo comen con papas sin arrugar
Alejandro de la Nuez
Diplomado en Turismo y chef
Martes, 6 de agosto 2024, 22:58
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Alejandro de la Nuez
Diplomado en Turismo y chef
Martes, 6 de agosto 2024, 22:58
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Cada vez que he llevado a mi madre a cualquier lugar en coche, ella se mantenía agarrada a su freno de mano particular y pedaleaba de forma virtual embrague, freno y acelerador, este último, menos, pero nunca lo hizo con mi padre, don José Antonio de la Nuez y Anzola por parte de madre. Don José Antonio, piloto de rallyes, de la buena época de rallyes, y doña Mercedes, se iban a entrenar los tramos, como se hacía antes, a las 12 de la noche, intentando evitar controles y buscando algún desenfreno, pero bueno, eso es otra historia.
He de decir que aquí la caballera no tenía miedo ninguno, aunque mas de una vez se enriscaron y más de una vez tiró mi madre del fulano de turno con cachimba en boca que les quería ayudar a salir del atolladero. Ladera arriba, sin mirar para atrás, le podían más los nervios que el miedo de haber volcado.
Mi hermana Merchilla, como la llamaba mi padre y yo, en muchísimas ocasiones, nos sentábamos en esas mismas laderas para ver cómo pasaban los diferentes motores y cilindradas y hasta el coche escoba nos gustaba.
Pero en medio de todo esto, estaba lo mejor.
Si tocaba, Arteara, siempre había un bocadillo de pescado a la plancha con limón en San Fernando, donde recuerdo haber jugado a la petanca hasta altas horas de la noche, si era medianías, mojo cochino en el Madroñal o riñones al jerez en los Llanos de María Rivera.
Cambiábamos de tercio y tocaba motonáutica, chocos en Arinaga y pejines en la zona del Confital, por un lado Miramar, por otro los Nidillos.
Si era boxeo, club Hespérides y después Victoria.
Con esto quiero decir, que mi padre nos creó recuerdos en el 'totizo' y el 'buche' enlazando uno con otro mediante momentos.
Ir a comer a cualquier lugar tiene que estar justificado, no vendido ni masticado con la boca abierta para poder hablarlo en las redes y pasar a otro.
Este es mi último y humilde capitulo de la trilogía de los influencers.
Por mucho que se estén llenando el 'buche', por favor, dejen de repetir lo mismo (no te pierdas, no puedes dejar de ..., está espectacular...)
Cuenten historias, personales o no, pero cuenten algo.
Nosotros, que sí vivimos de dar de comer al personal y crear recuerdos en la mente de los turistas y no turistas, pero aún así comensales, agradecemos el apoyo, pero ya empieza a pasarse el arroz.
Un saludo y buen apetito.
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