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Si en algún momento de mi vida me dejan elegir quiénes son mis líderes políticos no tendría ningún tipo de duda en formular la respuesta. Son mi abuela, mis padres, mis hermanas, mi tía, mi pareja, mis amigos de toda la vida. En definitiva, las personas que saben que las quiero. Y mucho.
Por ellas votaría una y mil veces más. Por ellas entiendo lo que es luchar por algo. Por ellas buscaría los motivos suficientes para convencer al resto de que son las personas más adecuadas para tenerlas a mí lado, de que juntos formamos un gran equipo. A ellas las mantendría en mi lista electoral hasta la eternidad.
Mi abuela siempre me decía que estuviera tranquilo, que iba a ser un periodista increíble. Y no sé si seré increíble o no, pero espero que desde el cielito esté viendo todo lo que estoy consiguiendo. Espero que ella también me siga votando a mí, como lo hacía cuando nos dormíamos juntos y provocaba que el sonido que hacía al mover los pies en la cama me teletransportara a otro mundo. A ese en el que ella era mi favorita, en el que era mi única opción.
Mis padres siempre me decían que en la política no sirve ninguno. Es por eso que nunca se ha hablado de este tema en casa y también por lo que yo tardé muchísimo en ser consciente de que todo gira en torno a ella. Lo que sí aprendí de mis padres es a vivir tranquilo, sin agobios. Sabiendo que no me fallarían nunca. En mi lista electoral están los primeros. No puedo tener mejores candidatos a los que votar.
Hablando de primeros, la UD Las Palmas ocupa también un lugar muy importante en mi lista. Diría que lo que siento por el equipo de mi tierra es pasión de verdad. Es una pasión incontrolable. Ahora más que nunca la isla entera duerme y se despierta pensando en amarillo. En amarillo de Pimienta, de Viera, de la afición, de ilusión, de la Plaza de la Victoria y de la brega. El sueño de toda Gran Canaria.
Pero como esto iba de elecciones, el próximo 28 de mayo tendremos que pasar por las urnas y elegir a quién votar. Todavía no tengo claro a quién elegir, pero de lo que sí estoy seguro es de que mi voto de vida va para mi abuela, mis padres, mis hermanas, mi pareja, mi tía, mis amigos y mi UD. Gracias por darme una razón para levantarme con una sonrisa cada mañana. Gracias por siempre elegirme y votarme a mí también.
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