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El independentismo saca pecho

El independentismo saca pecho

Ni autocrítica ni mucho menos disculpas, sino más bien todo lo contrario. El independentismo catalán sacó ayer pecho en la víspera de la conmemoración del primer aniversario del referéndum. Quim Torra interpretó lo ocurrido hace doce meses como un «acto de desobediencia» ejemplar ante Madrid

Jueves, 1 de enero 1970

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El presidente de la Generalitat, Quim Torra, reivindicó ayer el «acto de desobediencia» no «violento» del 1-O así como su «espíritu» para «consolidar la victoria» y conseguir la «república catalana», una jornada que calificó como «día de la victoria» en la que el Estado salió «derrotado» en Cataluña.

Torra presidió en el Palau de la Generalitat, junto al vicepresidente catalán, Pere Aragonès, un acto de apoyo a las personas afectadas por la actuación policial durante la jornada del 1-O, un día antes del primer aniversario de la celebración del referéndum suspendido por el Tribunal Constitucional.

Durante su intervención en el acto, Torra reivindicó el «espíritu no violento» del 1-O, en el que los catalanes fueron «capaces de hacer un acto de desobediencia como pocos se han hecho» en la historia, en el que «votamos y ganamos».

Por ello, hizo un llamamiento a «recuperar» ese «espíritu» del 1-O de cara a un «nuevo primero de octubre» para «consolidar» entre «todos» y con una «cadena de confianzas» la «vitoria» en el referéndum suspendido por el Constitucional y conseguir así la «república catalana».

El presidente de la Generalitat definió el 1-O como el «día de la victoria» en el que el Estado fue «derrotado» en Cataluña, una jornada «eléctrica» y de «fraternidad» que «excedió» al independentismo, ya que a su juicio interpeló a los catalanes en general.

El 1-O «iba de democracia, de libertad de expresión y de pensamiento», y los catalanes ese día «perdieron el miedo», agregó.

Mención a los Jordis

Torra comenzó su interlocución recordando a los miembros del anterior Ejecutivo catalán en prisión y en el extranjero, a los que agradeció su determinación para celebrar el 1-O, y aseguró que el Govern «no parará» hasta que «estén libres y de vuelta a casa».

Pero, sobre todo, quiso mencionar de forma «muy emocionada» a los líderes de la Asamblea Nacional Catalana y de Òmnimum Cultural, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, ambos en prisión, «dos personas de paz y honorables», que defendieron sus ideas hasta «sus últimas consecuencias» de forma «no violenta».

«Con la prisión de los Jordis, nos tienen prisioneros a nosotros, a nuestras ideas y a nuestra conciencia», subrayó.

Torra criticó de nuevo el juicio «injusto» a los líderes independentistas, basado en su opinión a una «falsedad inmensa», porque, dijo, «votar no es ningún delito».

«El delito es que te peguen por votar, y algún día los que dieron las órdenes serán juzgados por los tribunales internacionales», afirmó el presidente de la Generalitat.

Las palabras ayer de Torra fueron interpretadas como un nuevo desafío al Estado, dificultando así la estrategia de rebajar la tensión lanzada por el Gobierno de Pedro Sánchez.

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