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Pilar Alegría, portavoz del PSOE EFE
Los socialistas apuran su decisión sobre las enmiendas a la ley trans

Los socialistas apuran su decisión sobre las enmiendas a la ley trans

La portavoz del PSOE llama a sus filas a no confundirse de adversarios, porque «no están dentro de casa, sino en la ultraderecha»

Lunes, 24 de octubre 2022, 18:28

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La idea del grupo parlamentario socialista era decidir ayer si votaría esta semana a favor o en contra de prorrogar una vez más el plazo de enmiendas a la ley trans. La extensión que respaldó la semana pasada junto al PP y a Vox provocó un terremoto con muchas réplicas con la sospecha de fondo de que termine no aprobándose la norma esta legislatura o que lo haga con recortes sustanciales.

Pero a los socialistas no les fue posible este lunes dictaminar qué harán y la solución a ese enigma no llegará hasta hoy, aunque en realidad el partido tiene tiempo hasta el miércoles, jornada en que esta semana se reúne la Mesa del Congreso. Fuentes del grupo socialista indican que el motivo de la dilación de la comunicación de la decisión sobre el sentido de su voto no responde a un debate interno de fondo, sino únicamente una cuestión técnica; en definitiva, a si las enmiendas están elaboradas. El PSOE ya aclaró la semana pasada, para aplacar a su socio de Gobierno, que no tocará la esencia de la norma, el derecho a la autodeterminación de género; pero sí está preocupado por garantizar la seguridad jurídica del texto, para defenderlo de posibles recursos.

No confundirse de adversarios

Pese a ser «técnica» la explicación oficial del retraso en la toma de la decisión, cabe intuir una gran tensión dentro del grupo parlamentario socialista. Y esa tensión fue la que se atisbó en las palabras de la portavoz de la Ejecutiva Federal del PSOE, Pilar Alegría, que advirtió a sus filas de que sus «adversarios no están dentro de casa, sino en la ultraderecha».

Alegría exhortó a su partido a no equivocarse a la hora de confrontar en este debate sobre la ley trans. Apeló, de esta manera a las feministas clásicas, algunas de mucho peso dentro del PSOE, como Carmen Calvo (presidenta, además, de la Comisión de Igualdad del Congreso), que han criticado abiertamente y en términos muy duros la norma porque interpretan que ataca principios básicos del feminismo (que el género no es una identidad, sino un rol socialmente impuesto) y porque temen que dejen a las mujeres desprotegidas frente a la violencia de género y en desventaja en algunos ámbitos.

Pilar Alegría, también ministra de Educación, defendió asimismo que es «sano y natural» que haya debate «sereno y sosegado» dentro de los partidos y en el Congreso de los Diputados.

Pero al PSOE no se le han revuelto solamente las feministas críticas de su propias filas. También lo ha hecho el colectivo trans, que el sábado convocó una manifestación en protesta por el retraso en la tramitación de la ley del que culpan a los socialistas y para presionarles para que esta semana no apoyen una nueva prórroga del plazo para presentar enmiendas, porque de lo contrario amenazan con más movilizaciones e incluso con pedir al colectivo LGTBi con carné del PSOE que reconsidere su militancia.

Urgencia de Podemos

Esas son las dos sensibilidades que tiene que conciliar el PSOE en sus propias filas, el feminismo y las sensibilidades LGTBI, a lo que hay que sumar un tercer elemento en discordia: la relación con su socio de Gobierno. Porque Podemos ayer volvió a instar al PSOE a que cierre ya el plazo de enmiendas a la norma y a respetar el acuerdo alcanzado en el Ejecutivo sobre el proyecto sin «ningún retroceso» en el texto. El objetivo del Ministerio de Igualdad es que la norma entre en vigor antes de que termine el año.

Para complicar todavía más el debate, Rocío Monasterio, portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, anunció que su partido registrará la derogación de la ley trans de la Comunidad y apeló a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, para lograr que salga adelante la propuesta.

Pero Ayuso se desmarcó de la medida. Explicó que la ley estatal, de rango superior a la que quiere derogar la ultraderecha, se está debatiendo en el Congreso de los Diputados, y que hay que esperar a ver su resultado. Calificó la norma de «nefasta» y afirmó que «tiene dividido al Gobierno», pero que esperará a que se conozca el resultado para luego tomar «las mejores medidas para unas leyes que son mejorables», afirmó, «pero no lo haré como lo hace Vox; no voy a hacer estos debates de esta manera y no me sumaré a ellos», zanjó Ayuso. Alegría valoró la iniciativa de Vox, asegurando que no le sorprendía, dado que «si hay ideología contraria a los derechos, ésa es la ultraderecha y Vox».

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