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L. Pérez
Madrid
Martes, 10 de septiembre 2024, 08:07
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La salida del candidato opositor a Nicolás Maduro en la Presidencia de Venezuela, Edmundo González, está marcando la apertura del curso político con un primer debate en el Congreso esta tarde en el que el PP logrará, una vez desvelado el voto favorable del PNV a su proposición no de ley, que el Parlamento exija el inmediato reconocimiento del líder exiliado como vencedor de las elecciones y jefe legítimo del Ejecutivo de Caracas. Hoy, de madrugada en España, Pedro Sánchez ha rebatido en el marco de su viaje oficial a China las críticas de los populares, que admiten la necesidad de preservar la integridad de González pero sostienen que el modo en que se ha producido su marcha «no es hacerle un favor a la democracia, sino quitarle un problema a Maduro», en palabras del eurodiputado Esteban González Pons. «Cualquier lectura política es inapropiada, es una cuestión de humanidad», ha circunscrito el presidente del Gobierno en una charla informal con periodistas en su estancia en Pekín.
Desde que el domingo la concesión del asilo político a González, a petición de él tras refugiarse un mes en la Embajada de Países Bajos en Caracas y la semana pasada en la española, haya copado el inicio del curso político, el Ejecutivo de Sánchez se ha afanado en negar por boca del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que haya mediado ninguna negociación con el régimen venezolano más allá de las cuestiones técnicas asociadas al despliegue para su salida a bordo de un avión de las Fuerzas Aéreas españolas; una autorización de vuelo en la que los populares ven una de las evidencias de que los contactos diplomáticos fraguaron el exilio de González con «los oficios corruptos», además, del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, mientras el Ejecutivo de Maduro se jacta del diálogo «profundo» que Albares desmiente. Las palabras de este martes de Sánchez inciden en la insistencia del Gobierno en que la concesión de la cobertura al perseguido candidato venezolano ha sido exclusivamente para protegerle y que eso no supone ninguna legitimación de la victoria electoral que se atribuye Maduro en contra del criterio de buena parte de la comunidad internacional, que ve fraude en el recuento de las presidenciales celebradas el 28 de julio.
Ya el domingo, Albares anticipó que la voluntad tanto de Sánchez como de él mismo era reunirse con González a la vuelta del viaje a China, una posibilidad que apuntaba a este mismo jueves. El presidente no ha concretado la fecha de la reunión, pero sí ha confirmado en Pekín que ésta tendrá lugar aunque está por determinar si será en la Moncloa. Una cita a la que el jefe del Ejecutivo acudirá sabiendo ya que la mayoría del Congreso español reclama que se reconozca a Edmundo González como el presidente legítimo de Venezuela. Este es el punto crítico de la discrepancia entre Sánchez y los de Alberto Núñez Feijóo sobre el amparo prestado al disidente: mientras el Gobierno se acoge al precedente de Juan Guaidó -que consumió «mucha energía» diplomática sin resultado efectivo, constató Albares el mismo domingo- para aparcar el reconocimiento presidencial de la cara visible de la oposición que sigue encabezando dentro de Venezuela María Corina Machado, los populares creen que ese mismo reconocimiento es obligado para que el acogimiento en España no acabe por acallar al candidato como pretende el régimen 'chavista'.
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