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El Rey recuerda a los militares su compromiso «incondicional» con la Constitución

La ministra Margarita Robles reprende a los exmandos retirados de las proclamas golpistas «por su intolerancia, delirios y total alejamiento de los valores castrenses»

Mateo Balín

Madrid

Miércoles, 6 de enero 2021

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La celebración este 6 de enero de la Pascua Militar era atípica no solo por las restricciones ocasionadas por la pandemia. Con don Juan Carlos a quienes los militares juraron lealtad durante 45 años en el destierro forzado de Abu Dabi, la tradicional efeméride en el Palacio Real venía este año cargada de simbolismo. Además de la situación del emérito, el anuncio del Gobierno de que buscará un amplio consenso para tramitar una Ley de la Corona y la difusión de mensajes privados de exmandos retirados haciendo proclamas antidemocráticas.

Con estos ingredientes, el Rey tenía dos opciones en su discurso ante los miembros del Ejecutivo y de la cúpula castrense: entrar en estos asuntos con sus conocidas menciones veladas o dejarlo pasar y ceder el protagonismo al discurso de la ministra de Defensa, fiel escudera de la institución monárquica en su papel de magistrada y mujer de Estado. Don Felipe se decantó por la segunda vía, la conservadora, pero no antes sin reafirmar sus ideas marco sobre la Constitución, el elemento vertebral de la convivencia democrática.

Vestido con el uniforme de capitán general de la Armada y acompañado por la Reina, reiteró el compromiso de las Fuerzas Armadas con los valores democráticos y subrayó que la Carta Magna «es el camino libre y democráticamente decidido por el pueblo español». Bajo la atenta mirada del presidente Pedro Sánchez, el monarca resaltó que «todos estamos incondicionalmente comprometidos con la Constitución, porque es el origen de la legitimidad de todos los poderes y todas las instituciones del Estado; una legitimidad que se renueva cada día respetándola y observándola», expuso.

Una mención visual muy oportuna en el contexto político actual, ya que cualquier cambio sustancial en la regulación de la Corona exigiría entrar con la pala en la ley de leyes.

Una minoría «insignificante»

De forma previa, la ministra Margarita Robles, a quien Felipe VI agradeció directamente su «clara exposición», tocó uno de los temas más candentes con los que llegaba la Pascua Militar: las cartas remitidas al Rey por un grupo de mandos retirados. Unas misivas en las que le reclamaban intervenir ante la deriva del Ejecutivo por sus alianzas con nacionalistas e independentistas.

Robles reprendió con inusitada dureza a sus autores y rechazó sus proclamas golpistas en chats privados, que ya investiga la Fiscalía de Madrid. «Nadie tiene derecho, y menos quienes en su día vistieron el uniforme de las Fuerzas Armadas, a perjudicar el inmenso prestigio que tienen nuestros ejércitos, con la plena conciencia y agradecimiento de la sociedad española», exclamó.

La titular de Defensa añadió que «una insignificante minoría, que sólo se representa a sí misma, que busca una publicidad y un protagonismo que ni merece ni tiene, y que cuestiona irresponsablemente las bases de la convivencia en España, solo merece el rechazo más absoluto por su intolerancia, sus delirios y su total alejamiento de los valores castrenses».

Su discurso recordó también que los militares tienen el deber de la «más estricta neutralidad política» y, en clave emocional, respaldó la necesidad de defender, «si fuera necesario con su vida», la vigencia de la Constitución y sus valores, y los principios y derechos en ella reconocidos.

Un «baluarte» de uniformados para combatir los efectos de la pandemia

La intervención de las Fuerzas Armadas en la pandemia ocupó parte de las alocuciones del Rey y de la ministra de Defensa en la Pascua Militar. Don Felipe destacó el trabajo «extraordinario» de los uniformados, apoyando y animando a los ciudadanos y aliviando el sufrimiento y la soledad de muchas personas. «Habéis reaccionado con iniciativa, inmediatez y eficacia, realizando cometidos difíciles y variados. Una tarea que la sociedad os ha sentido muy cerca y tiene plena confianza en vuestra capacidad, profesionalidad y entusiasmo», agradeció. Con mayor detalle, Margarita Robles valoró el «esfuerzo y generosidad» de los uniformados y calificó las operaciones Balmis y Baluarte como «el mayor esfuerzo militar en tiempo de paz de nuestra historia». «Lo han hecho -destacó- con el objetivo de salvar vidas y ayudar a los ciudadanos, sin preguntar quiénes eran ni dónde estaban».

Las cifras de las misiones puestas en marcha para combatir los efectos del coronavirus son elocuentes. En 98 días de operativo se han realizado 20.002 intervenciones, 11.061 desinfecciones de centros públicos y privados, 5.301 intervenciones en residencias de mayores; se han atendido a 2.302 poblaciones; 3.477 acciones en hospitales y centros de salud; y 750.000 rastreos con la participación a día de hoy de 2.400 militares.

El martes, la ministra ofreció a las comunidades autónomas personal sanitario militar para reforzar la campaña de vacunación, dada la lentitud y la falta de personal en algunas regiones, aunque no hubo peticiones.

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