El Ejecutivo tienta a los socios con la ley que puede levantar el secreto sobre el 23-F
El PNV saluda que se reactive la reforma de la normativa franquista, pero avisa de que sigue «lejos» de sus ambiciones
P. de Las Heras/ X. Garmendia
Martes, 22 de julio 2025, 22:17
El Gobierno volverá a intentarlo con la reforma de la ley de secretos oficiales, tres años después de haber aprobado por primera vez el ... proyecto llamado a revocar la norma vigente desde 1968 bajo el franquismo, de haber tropezado con las reticencias de aquellos socios que lo veían aún demasiado restrictivo y de que la iniciativa decayera al adelantar Pedro Sánchez las generales al 23-J de 2023. El Consejo de Ministros aprobó ayer la propuesta para su remisión a las Cortes y tentó a los aliados de investidura, por boca del ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños –su muñidor–, con que si la norma se aprueba para el próximo año, se desclasificará información relativa al golpe de Estado del 23-F de 1981.
Ello será posible porque el proyecto de ley sitúa en 45 años el tiempo para mantener ocultos al ojo público los secretos de Estado más protegidos, un plazo que puede alcanzar, si media la prórroga de 15 prevista, hasta los 60; una previsión que sitúa a España entre los países con mayor margen de 'top secret' de los socios europeos y de la OTAN. Bolaños, que subrayó «la ingente» documentación clasificada que cobijan los distintos ministerios, subrayó que por primera vez la desclasificación será automática transcurridos esos 45 años, aunque con la salvedad de que el manto podrá seguir operando si se establece que persiste el riesgo para la defensa o la seguridad nacional.
Este impulso, que el Ejecutivo no comprometía hace apenas diez días, supone un guiño en especial para el PNV, aliado clave de Sánchez y el partido que lleva una década reclamando insistentemente la derogación de la ley de la dictadura; en su caso, requiriendo que los secretos más sensibles puedan levantarse a los 25 años. Atendiendo a la posición del Ejecutivo y a las aspiraciones propias, la portavoz peneuvista en el Congreso, Maribel Vaquero, valoró que la reforma regrese al terreno de la negociación – «Una buena noticia», dijo–, pero constató también que el proyecto está aún «lejos» de lo que ambiciona su grupo.
Noticia relacionada
Las claves de la futura ley de información clasificada
Tampoco las tiene todas consigo EH Bildu, otro aliado esencial del presidente, que exhibió un nivel de escepticismo muy similar al apreciar que la nueva ley del Gobierno es muy similar a la de 2022 que acabó encallando. Una reforma, la presente, que tiene estos ejes fundamentales.
-
Fin de la norma franquista del 68
La ley de información clasificada –su denominación oficial– refrendada ahora por el Consejo de Ministros forma parte de las reformas comprometidas en el Plan de Acción por la Democracia aprobado en septiembre.
-
Desclasificación automática, salvo que afecte a la seguridad nacional
Por primera vez, se establecen unos plazos determinados para la desclasificación automática de la información bajo secreto, que variarán en función del grado de reserva asignado. Ese automatismo tiene un límite: que se valore que existe un bien superior relativo a la seguridad nacional o a la defensa.
-
Cuatro niveles de clasificación y 60 años como máximo de blindaje
Se regulan cuatro categorías de información clasificada: 'alto secreto', 'secreto', 'confidencial' y 'restringido'. La clasificación será «excepcional» y «motivada». A cada categoría se le asigna gradualmente un límite temporal de clasificación teniendo en cuenta el riesgo de revelación no autorizada o uso indebido. El tiempo máximo de clasificación será de 45 años prorrogables de forma motivada otros 15 años –es decir, el tope es 60– y el mínimo, de cuatro sin posibilidad de alargarlo.
-
La violación de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad
El proyecto estipula que la información relativa a esos delitos no podrá ser objeto de clasificación. Según el ministro Bolaños, será lo primero que se desclasifique cuando la norma entre en vigor.
-
Sanciones de hasta 2,5 millones de euros por revelar secretos
La ley introduce un régimen sancionador administrativo para quien desvele información clasificada, con sanciones que van desde los 30.000 euros en los supuestos menos graves a los 2,5 millones de euros en los más graves. El anterior régimen solo contemplaba la vía penal. El derecho a la libertad de información se introduce como criterio de graduación de las sanciones.
-
La Autoridad Nacional para la Protección de la Información
Será de nueva creación y quedará adscrita al Ministerio de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, pero será la ministra de Defensa quien ejercerá las funciones de esta autoridad en lo relativo al intercambio y protección de información clasificada que tengan que ver con la OTAN.
-
Posibilidad de recurrir la clasificación ante el Supremo
Cualquier declaración de documentación clasificada podrá ser impugnada por quien tenga un interés personal o un interés profesional, como los periodistas. El pleito se resolverá ante la Sala de lo Contencioso del alto tribunal.
¿Ya estás registrado/a? Inicia sesión