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Vista exterior del cuartel de Bruc en Barcelona. i. baucells
El Ejército denuncia un chat privado de militares que sorteaba un servicio de prostitución

El Ejército denuncia un chat privado de militares que sorteaba un servicio de prostitución

La Fiscalía de Cataluña se ha hecho cargo de la investigación sobre unos hechos supuestamente acontecidos entre soldados del cuartel del Bruch (Barcelona), aunque otras fuentes castrenses señalan que «todos los indicios» apuntan que la rifa no llegó a realizarse

Mateo Balín

Madrid

Miércoles, 7 de diciembre 2022

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El Ejército de Tierra presentó este jueves una denuncia ante la Fiscalía Superior de Cataluña para que investigue la presunta responsabilidad penal de los participantes en un chat privado de soldados del cuartel del Bruch en Barcelona, en el que se sorteaban los servicios de una prostituta para financiar las fiestas de la Inmaculada, patrona del regimiento de infantería. No obstante, fuentes oficiales de dicho departamento señalaron que no tenían «constancia formal de que se hayan producido los hechos descritos, ya que las conversaciones aludidas -adelantadas por el diario 'Ara'- no han tenido lugar en ningún chat oficial de la unidad».

En este mismo sentido, otras fuentes castrenses citadas posteriormente por Europa Press apuntaron que «todos los indicios indican» que la polémica rifa no llegó a efectuarse finalmente. Según su versión de lo ocurrido, todo apunta a que «el asunto se cortó inmediatamente por parte de los propios compañeros» y, por tanto, no se realizó el sorteo ni se llegaron a contratar finalmente los servicios de la trabajadora sexual.

No obstante, el Ejército ha presentado formalmente una denuncia ante la Fiscalía -en la jurisdicción civil y no militar, pese a la competencia castrense que existiría a priori- para que se investigue si precisamente los participantes en el chat son integrantes del regimiento de infantería Barcelona número 63 y si han atentado con esa conducta «contra los valores de la institución».

Pantallazos del chat.
Pantallazos del chat.

Según los hechos relatados en la denuncia, a partir de los pantallazos del chat privado y la foto del cartel del sorteo de la «dama de compañía», dos integrantes de tropa promovieron la rifa al resto de miembros del grupo de mensajería instantánea. En la conversación se llegaron a compartir fotografías de la mujer, así como algún detalle de los servicios sexuales que ofrecía. Asimismo, se colgó un anuncio del sorteo en la cantina del cuartel, según se puede apreciar en una foto del chat donde aparece pegado el folio en un mueble con comida.

Fuentes jurídicas consultadas para valorar la repercusión de estos hechos detallaron varios aspectos que ponen en duda su trascendencia penal. En este sentido, enmarcaron sus consecuencias en el ámbito disciplinario interno en caso de que la investigación verifique los términos del sorteo. Recordaron que se trataría de un chat privado, es decir, de una iniciativa particular ajena al acuartelamiento y a la institución militar, de ahí que la denuncia se haya presentado en la jurisdicción civil.

Inviolabilidad

Por otra parte, el hecho de que se haya usado la cantina para anunciar la rifa podría dirimirse en el ámbito interno del Ejército de Tierra. No obstante, si se acaba demostrando que esa instancia es un dormitorio del cuartel, por ejemplo, goza de inviolabilidad plena ya que se considera un domicilio de los soldados, según sentenció el Tribunal Supremo en 2015.

Aunque por hechos bien diferentes, el precedente de investigar un chat privado de militares data de marzo de 2021, cuando la Fiscalía de Madrid decidió archivar las diligencias abiertas contra un grupo de mandos retirados del Ejército del Aire. En aquel foro un miembro habló de «fusilar a 26 millones» de españoles y, entre otras cuestiones, otro planteó la posibilidad de dar un golpe de Estado contra el Gobierno de Pedro Sánchez.

Según explicó entonces el Ministerio Público, esas conversaciones no encajan dentro de un delito de odio pues se realizaron en un contexto «privado, sin voluntad alguna de publicitarlas fuera de ese ámbito». Por tanto, según añadió, primaba la libertad de expresión, aunque puedan considerarse esas afirmaciones como «inapropiadas, excesivas y desafortunadas».

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