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Juan Roig Valor
Madrid
Jueves, 14 de abril 2022, 13:42
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Si había un accidente de tráfico en una película anterior a 1980, la causa más probable era una mujer al volante. Peligros en la carretera, incapaces de usar los intermitentes y generadoras de raspones y columnas teletransportadoras, la mitad de las mujeres en España afirma —en una encuesta elaborada por Midas— haber sido objeto de comentarios machistas al conducir. Si, según los datos de la DGT, existen 11,6 millones de mujeres con carné, esto supone que 5,8 millones han tenido que escuchar frases fuera de lugar. Todas, sin embargo, son bien conscientes de la realidad.
Aunque a ningún guionista se le ocurriría usar este cliché en 2022, sus orígenes tienen cierta legitimidad. En la posguerra, muy pocas mujeres tenían acceso a un vehículo, su formación provenía de fuentes de menor calidad —como sus maridos, en vez de profesores— y tenían menos oportunidad de practicar a diario.
Desde 2011, las aseguradoras tienen prohibido considerar el sexo como factor de riesgo en las pólizas, sentencia del Tribunal de Justicia Europeo mediante. Sin embargo, hasta entonces, las mujeres tenían cuotas más baratas, dado que, a pesar de reportar más accidentes que los hombres, estos eran de una severidad mucho menor y suponían menos coste para las compañías.
Las cifras de siniestralidad en España avalan esta realidad. Entre 2008 y 2019 hubo 23.284 muertos a causa de accidentes de tráfico. De estos, 18.005 fueron hombres (77,3%), y las 5.279 restantes, mujeres.
Lo curioso de estos datos es que esta proporción se ha mantenido inalterada desde que la Fundación Mutua contempla en el informe: en 2008 fue del 78,4% frente al 21,6%. Sin embargo, entre 2008 y 2020, se pasó de 23,6 millones de conductores a 27,1 millones, un incremento del 15%. En este periodo surgió un millón más de conductores (+10,4%), mientras que el doble de mujeres se sacaron el carné, pasando de 9,6 millones a 11,6 millones, un 21,6% más. Y aún así, la tasa de mortalidad no ha cambiado.
«Aunque es cierto que hay más conductores que conductoras, esto puede ser indicativo de que los hombres son más propensos a comportamientos de riesgo al volante», afirmó el director de Fundación Mutua, Lorenzo Cooklin. Yendo más allá: «las mujeres presentan una actitud de mayor precaución al conducir».
La encuesta de Midas parece hacer eco de lo mismo: un 60,3% de las mujeres afirma no haber recibido nunca una sanción, mientras que el 69,8% de los hombres declara lo contrario. Las multas más frecuentes para los hombres son las de exceso de velocidad (40,3%) y no respetar las señales de la vía (12,3%).
Este mismo sondeo arroja cifras que son preocupantes en un mundo en el que ya no tienen cabida chistes de género: un 40% de las personas afirma fijarse, aunque sea inconscientemente, en el sexo del conductor al presenciar una incidencia. La mitad de los hombres piensan que ellas conducen peor. Un 17% de los encuestados considera que la mujer no está preparada para la conducción profesional, llegando a afirmar que existen vehículos «poco apropiados» para ellas, como el camión (7,3%), la grúa (6,8%) o el propio coche (5,9%).
Sin embargo, ellas también afirman enfrentarse a barreras en la conducción. Un 26% se siente insegura al volante y un 12,5%acusa no tener un vehículo propio. Por ello, han nacido iniciativas como #EllasConducen, en la que la ONG Ayuda en Acción financia el carné a mujeres en riesgo de exclusión social.
Uno de los hallazgos del estudio de siniestralidad vial es el de demostrar que las ciudades son más peligrosas que hace una década. Si bien la mortalidad se ha reducido en un 42% en el periodo contemplado, los accidentes en vías urbanas han aumentado en un 35,3%, pasando de 49.330 en 2008 a 66.740 en 2019.
En contraposición, las carreteras interurbanas se redujeron en un 14,8%, pasando de 43.831 a 37.339. Sin embargo, este tipo de vías siguen siendo las más letales, con un 75% de las muertes produciéndose en estas carreteras.
En el estudio se puede apreciar inmediatamente el efecto que tuvo la entrada en vigor del carné por puntos (2006)y el cambio de la severidad de las infracciones de tráfico (2007), cuando las personas hospitalizadas se redujeron en más de un tercio, pasando de 16.000 a 10.000 casos. La mayor parte de estos fueron masculinos, que pasaron de 12.000 a 7.000. En el caso de las mujeres, pasaron de 4.000 a 3.000, haciendo patente su menor propensión a los accidentes.
Si bien la mortalidad de turismos se ha reducido en 11 puntos, pasando del 48% al 37%, las víctimas de colectivos «vulnerables» —peatones, ciclistas y motos— han aumentado: los peatones pasaron del 16% al 22%, y los motoristas del 16% al 24%. De hecho, 2019 fue el primer año en la historia en el que este colectivo superó la mitad de las víctimas mortales. En ese mismo ejercicio, uno de cada cuatro fallecidos fue un motero. La evolución de la mortalidad en dos ruedas ha sido particularmente negativa, creciendo en un 45,3% entre 2014 y 2019.
Según el informe, el coste social de los accidentes en España entre 2008 y 2019 ascendió a 66.483 millones de euros.
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