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Reflexionar y comprender para actuar mejor

Reflexionar y comprender para actuar mejor

josé segura clavell. Director general de Casa África ·

Casa África tiene una cierta vertiente de 'think tank', porque pretende producir conocimiento, favorecer el diálogo e influir en la opinión pública y las políticas españolas hacia el continente africano

josé segura clavell

Viernes, 15 de abril 2022, 10:12

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Un think tank es una institución cuyo nombre se puede traducir como 'laboratorio de ideas' o 'centro de pensamiento'. Se trata de un concepto relativamente moderno, que se vinculaba en sus orígenes a los centros de inteligencia militares y gubernamentales que operaban durante la Segunda Guerra Mundial. Con el tiempo, este tipo de organización derivó en los gabinetes de pensamiento modernos, normalmente sin ánimo de lucro y que pretenden reflexionar sobre nuestra realidad, promover el diálogo, producir conocimiento y dar recomendaciones para la acción política. En gran medida, lo que que hacemos en Casa África.

Quizás no le resulte familiar este término, pero la influencia de los think tanks en gobiernos, organizaciones de todo tipo, economía, vida política, arte, tecnología, cuestiones militares y todos los compartimentos de la realidad es indudable. Se relacionan, en ocasiones, con grupos de presión que basan sus acciones en las propuestas de sus investigadores y suelen reunir a grupos heterogéneos, multidisciplinares, en ocasiones multinacionales, de expertos. El más conocido de los think tanks españoles es, sin duda, en Real Instituto Elcano, con el que colaboramos habitualmente y existen instituciones de este tipo que tienen tal influencia que sus nombres ya implican maneras de funcionar en debates y reuniones compartidas universalmente, como el Chatham House. En el caso particular de los africanistas españoles, se reunen en diferentes grupos y redes de este tipo desde principios de este siglo, en muchas ocasiones, en compañía de diplomáticos o personal de ministerios que quieren comprender mejor las realidades del continente africano y afinar su acción política en esta zona del planeta.

Casa África tiene una cierta vertiente de think tank, porque pretende producir conocimiento, favorecer el diálogo e influir en la opinión pública y las políticas españolas hacia el continente africano. Quiere atraer a expertos que nos guíen en nuestra forma de enfrentarnos a problemas y desafíos comunes y aprovechar juntos las oportunidades del camino. También desarrolla una línea de trabajo con think tanks africanos y españoles, que arrancó en noviembre de 2015 con la intención de generar relaciones entre ellos, apoyarles en la búsqueda de proyectos comunes y respaldarles para que su trabajo llegue a quien tiene que llegar. Somos conscientes de que necesitamos comprender y conocer antes de actuar y también queremos que las palabras bien pensadas y medidas se traduzcan en cambios tangibles. Sabemos que la misión de los think tanks no es publicar documentos que van a cubrirse de polvo en una estantería: es llegar a la persona indicada, que va a leerlos y aplicarlos de alguna forma para cambiar a mejor la realidad.

Explico todo esto porque colaboramos, la semana pasada, en Madrid, en una reunión de think tanks africanos y españoles organizada por el ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. De alguna manera, era la continuación de esa línea de trabajo de la que les hablo y que se ha traducido en diferentes iniciativas en Casa África, pero también en otros lugares, como el propio continente africano. En el desarrollo del trabajo de nuestro gobierno con este tipo de organizaciones ha tenido una particular importancia el empuje de diplomáticos muy vinculados con nuestro trabajo, a los que respetamos enormemente y que han sido pioneros en esta materia, como Alberto Virella (actual embajador en misión especial para el Plan África) o Ricardo López-Aranda (actualmente, miembro distinguido residente de una organización de este tipo, el German Marshall Plan of the United States, en la Universidad de Harvard).

La reunión de la semana pasada se centraba en el empoderamiento de las africanas y la Agenda de Mujer, Paz y Seguridad y la abrió nuestra querida Alicia Rico, directora general de África en el ministerio. «El continente es una prioridad para nosotros», explicó ella en su declaración de intenciones inicial, en la que afirmó también que nuestros lazos con el continente, nuestra determinación de crear un futuro juntos y nuestra voluntad de forjar un verdadero partenariado son genuinos. La señora Rico marcó el tono de la reunión, en la que se repitió constantemente a nuestros colegas de los think tanks africanos que queremos trabajar con ellos, cooperar de manera igualitaria, aprender, recibir análisis en profundidad y recomendaciones. Siempre, desde el respeto mutuo.

Entre los temas que se trataron figuraban la redistribución de la riqueza y la reducción de la pobreza, la arquitectura de seguridad y los sistemas de alerta temprana para la prevención de conflictos, el papel del feminismo en el cambio social y de las mujeres en las transiciones políticas y los procesos de paz. Sin embargo, lo que emanaba de todas las discusiones era la necesidad de datos precisos e información correcta para fundamentar decisiones adecuadas, la importancia de hacer llegar las voces africanas a la sociedad española y la necesidad de conectar con las sociedades civiles. «Necesitamos el pensamiento africano», se reiteró. Finalmente, se habló de la posibilidad de financiar proyectos hispanoafricanos en esta materia y de cómo acceder a fondos para estudios e investigaciones.

Supongo que quizás le parezca que todo esto que le cuento es demasiado abstracto, pero se trata de una labor fundamental. Al menos, para Casa África. Nuestra razón de existir es el acercamiento entre africanos y españoles y esta cercanía solamente se puede conseguir a través del conocimiento. Los clichés, las información parcial y los prejuicios no ayudan a conocernos: lo hacen la información relevante y un diálogo sincero y abierto. Solamente una relación horizontal y sana con el continente africano puede llevarnos a un conocimiento apropiado. Necesitamos a los think tanks africanos, en diálogo con los españoles. Y no se trata de algo banal. Todo ese conocimiento y esa cercanía de los que hablo son fundamentales para nuestro futuro. No me canso de decir que nos enfrentamos a cuestiones parecidas y que solamente una acción global concertada puede garantizarnos un porvenir a todos. Canarias es parte del continente africano y no puede vivir de espaldas a su vecindario, ni pensar en un mañana sin África.

Por todas estas razones, la reunión de la semana pasada y las futuras acciones que se deriven de ella me parecen un paso más en la mejor dirección posible: la del conocimiento y el diálogo para construir un futuro mejor.

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