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Mercedes Gallego
Corresponsal. Nueva York
Martes, 1 de octubre 2024, 21:35
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La Casa Blanca presumió este martes de haber sido instrumental para neutralizar el ataque iraní que lanzó una lluvia de casi doscientos misiles sobre Israel. Fue EE UU el que dio el aviso de que sería «inminente», con el presidente, Joe Biden, y su vicepresidenta, Kamala Harris, monitoreando el ataque desde la famosa Situation Room, acompañados de forma remota y en persona por su equipo de seguridad nacional.
El asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, atribuyó la «derrota» iraní a la «estrecha y meticulosa» colaboración entre EE UU e Israel. «Estamos orgullosos de las acciones que hemos tomado juntos para proteger y defender su seguridad». Según su parte de guerra, destructores navales estadounidenses se unieron a las unidades de defensa aérea israelíes en el lanzamiento de interceptores para derribar los misiles entrantes. A esas alturas Sullivan decía no tener constancia de daños humanos o estratégicos, pero «la expresión niebla de guerra fue acuñada para situaciones como esta», advirtió.
Biden había trazado una línea roja, advirtiendo a Irán de una respuesta si respondía con misiles al ataque israelí, aunque ayer se reservaba la reacción. «Consultaremos con Tel Aviv sobre los próximos pasos en cuanto a la respuesta y cómo lidiar con lo que Irán acaba de hacer, y continuaremos monitoreando para detectar posibles nuevas amenazas y ataques por parte de Irán y sus proxies», explicó Sullivan.
Admitió que, «obviamente esa es una escalada significativa por parte de Irán», por lo que su Gobierno evaluará «cuáles son los pasos apropiados para asegurar los intereses estadounidenses primero, y luego promover la estabilidad en la medida de lo posible». Las medidas específicas se tomarán en coordinación con el Ejecutivo hebreo y serán anunciadas por el presidente Biden. «Hemos dejado claro que habrá consecuencias severas por este ataque, y trabajaremos con Israel para asegurar que así sea.»
Menos orgulloso y más preocupado por la escalada del conflicto en la región, de la que venía advirtiendo en vano, el secretario de la ONU, António Guterres, hizo un nuevo llamado alto el fuego inmediato en un comunicado. «Debe evitarse una guerra total en Líbano a toda costa, y se debe respetar la soberanía y la integridad territorial del país», pidió.
La declaración incluía un llamamiento a la comunidad internacional para que respalde urgentemente la iniciativa humanitaria de 426 millones de dólares lanzada ayer en Beirut. El secretario general, que habló ayer con el primer ministro de Líbano, Najib Mikati, para informarle de que todo el sistema de Naciones Unidas en Líbano está movilizado para dar asistencia a los necesitados, prometió continuar los contactos y seguir trabajando en reducir la escalada de la situación.
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