Netanyahu se reafirma en ocupar toda Gaza pese a las presiones internas
El primer ministro israelí desoye las advertencias del jefe militar y del líder opositor y convoca este jueves a los ministros para debatir la operación
No hay vuelta atrás. Como una historia que se repite, Israel parece condenado a recorrer los mismos pasos que dio hace casi seis décadas. Es ... lo que ha decidido su primer ministro, Benjamín Netanyahu, al seguir adelante con sus planes de volver a ocupar toda Gaza, como ya ocurrió entre 1967 y 2005. De nada ha servido la negativa del propio jefe del Ejército, Eyal Zamir, ni la del líder opositor, Yair Lapid, y gran favorito a disputar el poder al mandatario en unas elecciones. Netanyahu lo tiene claro. No contempla otra opción para la derrota de Hamás y, por ese motivo, ha convocado este jueves a sus ministros para tomar las decisiones finales sobre esta nueva fase de la guerra.
Netanyahu ya dijo en mayo que Israel controlaría la Franja en toda su extensión y ahora prevé ordenar a sus tropas, que ya ocupan el 75% de Gaza, que completen la invasión. Una misión que, sin embargo, no es vista con buenos ojos por la propia cúpula militar hebrea. Y así se lo hizo saber el martes el jefe del Estado Mayor en una tensa reunión de tres horas de la que han trascendido nuevos detalles. Según medios locales, Zamir advirtió claramente al primer ministro de que tratar de conquistar todo el enclave costero sería una «trampa» que podría dejar atrapados a los soldados y resultar contraproducente para el medio centenar de rehenes que sigue en manos del grupo islamista, veinte de los cuales se cree que continúan con vida.
Sobre el encontronazo del jefe castrense con Netanyahu este miércoles se vio obligado a tomar la palabra el ministro de Defensa, Israel Katz, después de que el hijo del mandatario acusase a Zamir de promover un «golpe» militar ante su desacuerdo. Eso sí, con una advertencia a las tropas. «Es un derecho y un deber del jefe del Estado Mayor expresar su opinión en los foros apropiados. Después de que se tomen decisiones en la cúpula política, el ejército acatará de manera resuelta y profesional lo que se decide, como se ha hecho hasta ahora», aseguró en la red social X. Un mensaje que deja claro que a pesar de la fractura del Estado Mayor con el Gobierno, a las Fuerzas Armadas no les quedará más remedio que obedecer.
Una de las principales preocupaciones del alto mando militar es precisamente la situación que afrontan sus tropas tras casi dos años de guerra en Gaza. No en vano, la invasión iniciada tras los ataques islamistas del 7 de octubre de 2023 ya ha sobrecargado al ejército israelí, que cuenta con un pequeño cuerpo permanente y ha tenido que movilizar reservistas repetidamente. De hecho, una de las cuestiones que tendrán que sopesar este jueves los miembros del Ejecutivo es la necesidad de ampliar el reclutamiento para expandir sus operaciones sobre el terreno.
Sobre el «precio demasiado alto» que tendría que pagar Israel tanto a nivel económico como humano para cumplir el firme propósito de Netanyahu también advirtió este miércoles Lapid. «No se envía al país a la guerra a menos que la mayoría de la gente lo apoye, y el pueblo no está interesado», censuró el líder opositor. Su argumento quedó sustentado en una encuesta pública realizada el mes pasado por el Canal 12, en la cual cosechó un respaldo mayoritario la opción de sellar un acuerdo diplomático para detener el conflicto, que ya suma más de 61.000 muertos en el lado palestino.
«Una muy mala idea»
«Ocupar Gaza es una muy mala idea. La dirección que emprende el Gobierno conducirá a la muerte de todos los rehenes por hambre, golpes y tortura», prosiguió Lapid. En su opinión, la solución pasaría por dejar a un lado la «ocupación inútil» de la Franja y permitir que sean los países árabes quienes gobiernen el enclave.
Sin embargo, ni el recelo de la cúpula militar, ni el deseo popular, ni las críticas de Lapid, ni la presión internacional para lograr un alto el fuego con Hamás parecen ser suficientes para detener la maquinaria bélica de Netanyahu, que este miércoles sumó otros 135 muertos en una nueva oleada de ataques aéreos en Gaza. Y es que el primer ministro está en una encrucijada de difícil salida, ya que lidera el Gobierno de coalición más derechista en la historia de Israel y algunos de sus socios clave han amenazado con renunciar si se detiene la guerra.
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