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Mikel Ayestaran
Jerusalén
Martes, 16 de febrero 2021, 18:43
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Las autoridades de Bagdad y Erbil anunciaron el comienzo de la investigación conjunta sobre el ataque de la noche del lunes contra la base que las fuerzas de Estados Unidos tienen en el aeropuerto internacional de la capital de la Región Autónoma Kurda (KRG) de Irak. Un trabajador extranjero de esta base perdió la vida y otros ocho resultaron heridos tras el impacto de tres cohetes en el interior del recinto, según informó un portavoz de la coalición internacional, en una operación que causó «indignación» al secretario de Estado, Antony Blinken.
Otros once proyectiles cayeron en zonas próximas al aeropuerto en una ofensiva reivindicada por un grupo desconocido que se presentó como Saraya Awliya al-Dam (Guardianes de las Brigadas de Sangre) y que dijo estaba dispuesto a terminar «con la ocupación estadounidense». La reivindicación por parte de esta milicia no convenció a las autoridades kurdas, que ven lo ocurrido como un capítulo más del pulso que Irán y Estados Unidos libran en suelo iraquí. Jafar Iminki, miembro de la cúpula política del Partido Democrático del Kurdistán (PDK), declaró al canal Rudaw que «el ataque en Erbil es parte del conflicto entre Estados Unidos e Irán. Es un mensaje a los americanos, que tienen una gran base aquí y los americanos, por supuesto, lo han captado».
Las autoridades de Teherán se desmarcaron de lo sucedido y condenaron «cualquier intento de vincular los ataques con Irán», según el portavoz de Exteriores, Saeed Khatibzadeh, quien aseguró que para su país «es clave la estabilidad y seguridad en Irak».
La región kurda de Irak ha permanecido como el lugar más seguro del país desde la invasión estadounidense de 2003 que acabó con Sadam Husein. Este tipo de ataques son muy poco habituales en Erbil, aunque en septiembre se registró también un lanzamiento múltiple de cohetes contra esta misma base. En aquella ocasión no hubo muertos, pero se apuntó a la posible implicación de milicias próximas a Irán, una red de grupos paramilitares chiíes que fueron claves en la derrota del grupo yihadista Estado Islámico (EI) y que operan como una especie de estado dentro del estado. Este ataque llega a apenas tres semanas de la visita del Papa, que tiene Erbil dentro de los lugares a visitar debido a la fuerte presencia cristiana en barrios como Ankawa, pegado al aeropuerto.
Muy cerca de Erbil, en la provincia de Duhok, también en la KRG, el domingo murieron en una operación de rescate trece ciudadanos turcos que estaban retenidos en manos de la milicia del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Ankara asegura que se trataba de civiles, extremo negado por los milicianos, y Recep Tayyip Erdogan denunció que «no hemos podido escuchar a nadie excepto a algunas voces tenues. Oye, Occidente, ¿dónde estás?». Una reacción a la respuesta tibia de Washington sobre la versión oficial ofrecida por los turcos, lo que llevó al presidente a acusar a Blinken de «apoyar al PKK».
Erdogan anunció nuevas operaciones militares contra los milicianos kurdos en el norte de Irak y Siria, donde el brazo sirio del PKK combate de la mano de tropas de Estados Unidos y fue una pieza clave en la campaña contra el califato.
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