Comienzan a volver a casa casi dos mil presos palestinos, recibidos entre vítores por una multitud
En la lista de liberados figuran algunos condenados por graves atentados, pero Israel ha vetado a dirigentes históricos de Hamás
Mientras los veinte rehenes israelíes vivos regresaban desde algún lugar oculto de Gaza a su país, casi dos mil presos palestinos iniciaban el viaje en ... sentido contrario: de una cárcel hebrea (presidios de Negev y Ofer) a los brazos de sus familiares. Los primeros llegaron al hospital Nasser, en Jan Yunis. El Comité Internacional de la Cruz Roja ejerció de intermediario. La lista incluye a 1.718 personas arrestadas por el Ejército de Israel durante este conflicto y otras 250 condenadas por delitos relacionados con el terrorismo. Hamás denuncia que han sufrido «las más horrendas torturas psicológicas y físicas» y que algunos regresan con amputaciones. Pide una investigación internacional.
Algunos de los liberados bajaban de los autobuses haciendo con dos dedos el signo de la victoria. Otros, con dificultades para caminar, eran llevados a hombros. «Es un sentimiento indescriptible. Como volver a nacer», repetía Mahdi Ramadan, uno de los liberados. A su alrededor, el gentío coreaba:«Allahu Akbar (Dios es el más grande)». Entre los puntos del acuerdo de paz entre Israel y Hamás figura la prohibición de organizar celebraciones masivas por las liberaciones. Sin embargo, las calles de Ramala se llenaron de ciudadanos que portaban banderas palestinas.
Hamás denuncia que han sufrido «horrendas torturas» y que algunos regresan con amputaciones
Los vehículos fueron llegando a lo largo del día a la Franja de Gaza y a Cisjordania. Los prisioneros eran recibidos por una marea humana que se agolpaba junto a los autobuses. A Egipto también fueron trasladados otros 154 reclusos que, según la Oficina de Información sobre Presos Palestinos, afiliada a Hamás, estaban incluidos en el acuerdo de paz.
«La liberación de nuestros heroicos presos, incluidos los que han sido condenados a cadena perpetua y llevan décadas entre rejas, es fruto de la fortaleza del pueblo de la Franja de Gaza y de los hijos de la resistencia», difundió la milicia en un comunicado. Para Hamás, este acuerdo de paz supone el «fracaso» de la «guerra de exterminio y destrucción» librada desde hace más de dos años por el Gobierno de Benjamín Netanyahu.
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El mensaje triunfalista de Hamás contrasta con su situación sobre las ruinas de Gaza. Ha tenido que renunciar a casi todos sus objetivos, tendrá que entregar las armas y no figurará en el próximo gobierno de la Franja. Los prisioneros palestinos, además, vuelven a un paisaje irreconocible, con más del 90% de los edificios destruidos. Sin infraestructuras, sin escuelas y casi sin hospitales. La ayuda humanitaria que ya ha empezado a entrar en el territorio es un consuelo entre tanta miseria.
La negociación de la lista
La confección de la lista de presos liberados no ha sido fácil. Israel se negó a incluir a algunos de los dirigentes históricos de Hamás, pero sí ha admitido a algunos encarcelados que las autoridades hebreas consideran muy peligrosos y que han sido autores de graves atentados. «Posiblemente, estemos liberando al próximo Yahya Sinwar (ex máximo dirigente de Hamás, artífice de los atentados del 7 de octubre de 2023 y asesinado por el ejército hebreo)», criticó un alto funcionario israelí en el diario 'Haaretz'.
En principio, permanecerán en prisión Marwan Barghouti, que lleva más de 20 años encarcelado con una condena por asesinato en Israel. Ejerce una gran influencia sobre el grupo armado Fatah y es muy popular entre la población palestina, tanto que incluso se ha especulado con la posibilidad de que sea el sustituto de Mahmud Abás, líder de la Autoridad Palestina. Tampoco serán liberados Ahmad Saadat, Abdullah Barghouti e Ibrahim Hamed, tres personajes con mucho peso en las milicias.
En cambio, sí han entrado en la lista presos como Yyad Abu al-Rub, comandante de la Yihad islámica que diseñó un atentado suicida en una discoteca de Tel Aviv; Ibrahim Alikam, condenado por matar en 1996 a una mujer israelí y a hijo de 12 años; Bahij Bard, que asesinó a 18 personas en una café de Jerusalén, y Jihab Rum, que acabó con la vida de un adolescente que estaba a punto de alistarse en el ejército hebreo.
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