350.000 civiles siguen todavía en el norte tras «un mes de carnicería»

El fabricante de armas es Mohsen Abu Zina. Junto con otros miembros que se encargaban del lanzamiento de cohetes antitanque, fue abatido «cuando todos ellos se preparaban para un ataque» de respuesta a dos bombardeos separados de las tropas judías en el norte de la región. Abu Zina era «uno de los líderes en la producción de municiones para la organización terrorista» y estaba especializado «en la producción de municiones estratégicas y bombas para los radicales», según el ejército israelí, que este miércoles descargó de nuevo sus misiles en el castigado campamento de refugiados de Yabalia, donde nueve personas murieron.

Tel Aviv anunció que habían llegado al corazón de la ciudad de Gaza. «Estamos en el centro de la mayor base terrorista jamás construida», declaró el titular de Defensa, Yoav Gallant, en una rueda de prensa. «El asedio continuará» hasta lograr el objetivo: «Aniquilar a Hamás», aseguró.

El coste en vidas civiles, sin embargo, crece cada día de manera dramática. Frente a los hospitales se amontonan los cadáveres, según puede verse en las imágenes de prensa. Cien personas murieron este miércoles tras los ataques israelíes, aseguró el Ministerio de Salud de Gaza. Víctimas que se suman a los más de 10.500 palestinos, en su mayoría civiles y entre ellas más de 4.000 niños, que ya han perdido la vida durante la guerra. Médicos Sin Fronteras también lamentó la muerte de uno de sus trabajadores y varios miembros de su familia en un bombardeo en el campo de refugiados de Al Shati. Además, el Comité Internacional de la Cruz Roja y la ONU denunciaron que uno de sus convoyes con material médico para un hospital de la Franja había sido blanco de disparos.

El convoy, formado por cinco camiones, fue tiroteado y uno de los conductores resultó herido. Aun así, los vehículos pudieron llegar hasta el hospital de Al Shifa. Hace unos días, otro grupo de ambulancias resultó atacado cuando viajaba con varios heridos hacia el paso fronterizo de Rafah. El convoy tuvo que darse media vuelta y uno de los vehículos fue alcanzado por un misil, lo que provocó una quincena de muertos.

Mientras los tanques israelíes avanzaban este miércoles entre las ruinas de Gaza, miles de palestinos continuaban la huida de sus hogares con destino al sur de la Franja. Tras el aumento de las incursiones militares de Tel Aviv, las evacuaciones se han disparado los últimos días. Cerca de 15.000 personas huyeron el martes, frente a 5.000 el lunes y 2.000 el domingo, informó este miércoles la oficina de coordinación de asuntos humanitarios de la ONU. Cientos de los palestinos desalojados, con pasaportes extranjeros, esperaban este miércoles para salir del enclave por Rafah. El paso fronterizo abrió de nuevo por unas pocas horas para permitir trasladar a heridos a hospitales egipcios.

El cruce también se ha habilitado para el transporte de suministros. Sin embargo, la ayuda que llega a los palestinos desde Rafah es «insuficiente», aseguró este miércoles el secretario general de la ONU, António Guterres. Con 569 camiones desde el 21 de octubre, «el goteo de asistencia no es nada frente al océano de necesidades», declaró. Sin agua, electricidad, combustibles, ni alimentos, los gazatíes llevan más de un mes aislados del mundo en constante desesperación. En el norte, ha evacuado el 70% de la población pero aún hay cerca de 350.000 civiles, según las autoridades estadounidenses. Miles han desoído las órdenes de evacuación del Gobierno hebreo.

Pese al clamor internacional, Israel estrecha cada vez más su cerco a la Franja. «Ha sido un mes completo de carnicería, sufrimiento incesante, derramamiento de sangre, destrucción y ultraje», dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk.