Rusia se olvida del 25 aniversario de la tragedia del 'Kursk', la primera gran crisis de Putin
El Kremlin pasa por alto la efeméride del siniestro del submarino en el mar de Barents, que se cobró 118 vidas y desplomó la popularidad del presidente tres meses después de que llegara al poder
Álex Bustos
Moscú
Martes, 12 de agosto 2025, 18:33
Rusia conmemoró este martes con discreción el 25 aniversario del episodio más trágico de la historia reciente de su marina: el hundimiento del submarino 'Kursk'. ... El accidente que el 12 de agosto de 2000 sufrió la nave en el mar de Barents, frente a la costa ártica del noroeste del país, causó 118 muertos y marcó el inicio del primer mandato de Vladímir Putin, que había llegado al poder sólo tres meses antes. La efeméride apenas tuvo eco en los medios nacionales un cuarto de siglo después del suceso y el Kremlin tampoco hizo comentario alguno al respecto.
Una treintena de los fallecidos descansa en el cementerio Serafimovskoye de San Petersburgo, que acogió este martes el principal acto en recuerdo de las víctimas del 'Kursk'. El gobernador de la ciudad, Alexánder Beglov, y el subcomandante en jefe de la Armada rusa, el almirante Vladímir Vorobiov, fueron los primeros en participar en la ofrenda floral tras una misa en la catedral de San Nicolás de los Marinos.
La Flota del Norte realizaba aquella trágica jornada prácticas en el mar de Barents. Todo iba sobre lo previsto. Pero a las 8.51 (hora local), según la versión oficial, el proyectil que los marineros preparaban para su lanzamiento explotó. La deflagración provocó una reacción en cadena de los misiles, lo que causó la destrucción total de la proa del submarino. La nave empezó a hundirse hasta quedarse varada en el fondo del océano Ártico. El siniestro no se hizo público hasta dos días después y las autoridades aseguraron entonces que la tripulación seguía con vida. Noruega, Estados Unidos, Italia, Israel y Alemania, entre otros países, ofrecieron su ayuda, pero Moscú la rechazó, lo que generó numerosas críticas en la prensa rusa.
No fue hasta el 17 de agosto cuando Putin –que permanecía en su casa de veraneo en Sochi– accedió a la asistencia del Reino Unido y Noruega. El peor escenario se confirmó cuatro días después, tras varios intentos de rescate: no quedaba nadie con vida en el interior del 'Kursk'. El accidente supuso un duro golpe al ejército ruso tanto por la pérdida humana y material como por el impacto moral ya que la marina rusa buscaba precisamente reforzar su imagen con las maniobras fallidas. Además, los vídeos de los familiares de las víctimas en el muelle enfadados y exigiendo respuestas dieron la vuelta al mundo.
Diversas teorías
El siniestro hizo caer en Rusia la popularidad del jefe del Kremlin, que pasó estar buena parte de la crisis en una villa en el mar Negro y fue acusado de insensible con las víctimas. Pero esto, 25 años después, sólo se menciona en los medios independientes. 'Fontanka' es uno de los diarios que conmemoró la catástrofe en su aniversario y lo hizo con el testimonio de Antonina, viuda del guardamarina Vladímir Jivuk, que iba a bordo del submarino. «Cuando la gente de mi entorno se entera de que mi marido murió en el 'Kursk', recuerdan dónde les atrapó la tragedia (...) Los desconocidos recuerdan ese momento. Pero yo no, es demasiado doloroso. Preguntan: '¿Cómo sobreviviste a eso?'. Pero no sobreviví, así que vivo con ello», cuenta.
La versión oficial sostiene que un proyectil estalló cuando los marineros se preparaban para lanzarlo
El fiscal general Vladímir Ustinov fue uno de los investigadores del suceso y concluyó que «no hay culpables del desastre del submarino nuclear». Su informe fue aceptado como la versión oficial de la tragedia. Sin embargo, tiempo después, él mismo publicó un análisis secreto de 133 volúmenes donde reveló que en el 'Kursk' existían «impactantes infracciones de disciplina, equipos de mala calidad, obsoletos y con mal mantenimiento». Entre los rusos surgieron diversas teorías. Una de las que se escuchó con más fuerza sostenía que la razón del incidente fue una colisión de la nave con un submarino de la OTAN, concretamente el 'Memphis' de EE UU. La hipótesis se justificaba, entre otros motivos, en que las autoridades norteamericanas no aceptaron una inspección cuando militares y diplomáticos de Rusia se lo solicitaron.
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