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Íñigo Gurruchaga
Corresponsal. Londres
Lunes, 5 de febrero 2024
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El rey Carlos III, de 75 años, ha iniciado un programa de tratamientos para curar un cáncer que los médicos habrían detectado en los días en los que fue hospitalizado para una intervención en la próstata. El primer ministro, Rishi Sunak, se mostró optimista sobre la evolución de la enfermedad, «porque fue detectada pronto». Aseguró que está en contacto frecuente con el rey, aunque no quiso ofrecer más detalles.
Los portavoces de la monarquía afirman que el cáncer no está relacionado con la próstata, que habría mostrado un agrandamiento benigno, típico en varones de su edad. El rey residió los últimos días en la mansión de Sandringham, en la región de Norfolk, en el este de Inglaterra.
Junto a la reina Camila acudió el domingo a misa, en lo que era su primera aparición pública tras pasar tres noches en la London Clinic, en el centro de la capital británica. En ese hospital también fue atendida Kate Middleton, nuera del monarca y princesa de Gales, por un problema posoperatorio en el abdomen, pero se encuentra ya de vuelta con su familia.
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Iñigo Gurruchaga
La Casa Real explicó que Carlos III seguirá ejerciendo sus funciones oficiales como jefe de Estado, entre las que se encuentran las reuniones semanales con el primer ministro y las del Consejo Privado, que es un comité de diputados y altos funcionarios que cumple trámites para el sellado de las leyes aprobadas por el Parlamento. El rey gestionará también los papeles oficiales.
Residiendo en Londres y recibiendo el tratamiento como paciente externo, Carlos III ha renunciado a los eventos que le obligan a estar en contacto con el público. La reina Camila cumplirá con funciones oficiales y actos de patronazgo ya planeados, aunque en su caso no hay papeles constitucionales.
Los minutos posteriores al anuncio de la enfermedad sugerían por un lado que la condición del monarca es grave. Sus portavoces informaron de que Carlos había hablado con sus hermanos y con sus descendientes para notificarles las circunstancias por las que atraviesa. Su hijo menor, Enrique, con quien ha perdido el contacto en los últimos meses, voló a Londres desde su residencia en California.
También de Estados Unidos salió una comunicación que denotaba gravedad. Vedant Patel, portavoz del Departamento de Estado, que recibe los cables diplomáticos de su embajada en Londres, se declaró «apenado por el rey y su familia ante esta noticia de increíble tristeza». El presidente norteamericano, Joe Biden, se pronunció más tarde para declarar que está «preocupado» por el monarca.
Las reacciones de los gobernantes británicos fueron más frías. El primer ministro, Rishi Sunak, deseó una rápida y completa recuperación al jefe de Estado. «No dudo que volverá muy pronto con toda su fortaleza y sé que todo el país estará deseándole lo mejor». El líder de la oposición, sir Keir Starmer, expresó en nombre de los laboristas sus mayores deseos de mejoría. El tono de los políticos de Londres y Washington era diferente.
La salud de Carlos III ha sido motivo de especulación durante mucho tiempo. En vísperas de su coronación, el 8 de septiembre de 2022, personas en el círculo del hasta entonces príncipe de Gales llegaban a afirmar: «No tenemos rey para mucho tiempo». Su rostro enrojecido o los dedos gruesos y también rojos han sido asimismo motivo de comentarios sobre su estado.
La Casa Real aseguró minutos después de dar la noticia que no va a ofrecer más información sobre la naturaleza de la enfermedad. Se limitó a señalar que, como en el caso de la intervención en su próstata, el rey ha querido publicar su condición médica para fomentar el reconocimiento del cáncer como un mal que puede afectar a todo tipo de personas y puede ser curado. Carlos ha tenido sus propias ideas sobre medicina, declarando su creencia en los productos naturales y en la más que polémica homeopatía.
Los asuntos de salud de las últimas semanas ya planteaban un problema logístico a una familia real que quiere reducir sus miembros pero, al mismo tiempo, no tiene suficientes caras para cumplir los múltiples compromisos. Ana, hermana de Carlos, es la primera cada año en el palmarés por número de eventos a los que acude y advertía que la idea del rey de recortar el número de integrantes le parecía difícil porque, a su juicio, no hay tantos disponibles.
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