El primer ministro de Eslovaquia regresa al trabajo tras el atentado: «Me disculpo por haber sobrevivido, pero he vuelto»

Robert Fico ha recuperado este martes su agenda como primer ministro de Eslovaquia tras el intento de magnicidio que sufrió a mediados de mayo cuando un septuagenario le disparó hasta cuatro veces en plena calle. El líder nacionalista y populista, de 59 años, ha compartido su regreso al trabajo con una fotografía en su oficina y un mensaje publicado en redes sociales cargado de ironía: «Queridos medios liberales progresistas y de oposición, me disculpo por haber sobrevivido, pero he vuelto». El atentado le ha mantenido apartado de la vida pública durante casi dos meses, aunque a principios de junio reapareció en un vídeo para culpar a la oposición del asesinato frustrado.

En su primer día de trabajo tras su paso por el hospital, donde ingresó con heridas graves y entró dos veces en el quirófano, ha participado en una reunión de su equipo de gobierno. Su gabinete está liderado por Smer, su partido, en coalición con el centrista Hlas y la extrema derecha de SNS. La vuelta de Fico a sus tareas como primer ministro se ha retrasado unos días más de lo previsto inicialmente ya que él mismo esperaba recuperar la actividad política a finales de junio.

La última vez que participó en persona en una reunión de su Ejecutivo fue precisamente cuando se produjo el atentado, el 15 de mayo, al salir del encuentro celebrado en el centro de Eslovaquia. Entonces, Juraj Cintula, un poeta de 71 años, le disparó a quemarropa. El atacante, que había sido muy crítico con Fico por sus medidas «destinadas a limitar la libertad de prensa», fue detenido de inmediato y procesado por cargos de terrorismo. Ahora se encuentra a la espera de juicio.

El primer ministro de Eslovaquia, un país de 5,4 millones de habitantes y miembro de la Unión Europea y de la OTAN, ha recibido también numerosas críticas por parte de la UE por, entre otras razones, cortar la ayuda militar a Ucrania cuando accedió al poder, a finales de 2023. A Fico, además, se le relaciona con su homólogo húngaro, Viktor Orbán, que tantos quebraderos de cabeza da a las instituciones comunitarias.

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