El Parlamento francés empieza a discutir los presupuestos con nuevas amenazas de una moción de censura
El debate de las cuentas arranca en un ambiente caldeado tras no gustar a los sindicatos y la izquierda las medidas propuestas por el Gobierno para financiar la suspensión temporal de la reforma de las pensiones
Enric Bonet
París
Viernes, 24 de octubre 2025, 17:38
La Asamblea Nacional francesa empezó este viernes uno de los debates presupuestarios más transcendentes y complejos de los últimos años. Los diputados han iniciado el ... examen en el hemiciclo de un proyecto de ley marcado por la austeridad. El Gobierno de Sébastien Lecornu espera que los presupuestos del 2026 sirvan para reducir el elevado déficit público del 5,4% al 4,7% del PIB al cierre del año que viene. Para conseguir ese objetivo, el Ejecutivo de centro-derecha ha propuesto una disminución de 30.000 millones de euros del gasto público.
Este impopular recorte ha comportado que el parto del proyecto de ley presupuestario sea muy convulso. A principios de septiembre, el entonces primer ministro, François Bayrou, se vio obligado a dimitir al perder un voto de confianza sobre esta misma cuestión. El mes y medio que Lecornu lleva en el cargo ha sido todo menos tranquilo: se ha enfrentado a tres huelgas generales y dimitió el 6 de octubre y volvió a ser nombrado el 10 tras un culebrón inextricable para muchos franceses.
Una semana después, el primer ministro cogió un poco de oxígeno al superar dos mociones de censura gracias a un frágil acuerdo con el Partido Socialista (PS). Este se basa en la suspensión temporal de la reforma de las pensiones de 2023 y la renuncia a un polémico decreto gubernamental (el 49.3) para aprobar los presupuestos sin votación parlamentaria. «Ha llegado el momento de los acuerdos. Ya no podemos gobernar únicamente con la disciplina del bando, sino con un debate exigente», ha defendido Lecornu en el inicio de la sesión parlamentaria, a las tres de la tarde.
EN DIRECT | Discussion générale du Premier ministre, Sébastien Lecornu, au sujet du Projet de loi finances, à l’Assemblée nationale. https://t.co/OTIMqAi8Uh
— Gouvernement (@gouvernementFR) October 24, 2025
Pese al balón de oxígeno que consiguió el responsable del Ejecutivo la semana pasada, el arranque del debate presupuestario ha tenido lugar bajo un ambiente caldeado. El PS ha amenazado este viernes con presentar una moción de censura, que probablemente tumbaría al Gobierno, si los partidos afines al presidente, Emmanuel Macron, no apoyan las subidas de impuestos a los más ricos que propone esta formación de centro-izquierda. «Si de aquí al lunes no hay una evolución significativa (…), todo se habrá terminado», advirtió Olivier Faure, líder del PS, en declaraciones a la cadena BFM TV.
¿Los socialistas van en serio con su amenaza de una moción de censura? ¿O se trata de un farol? Estos primeros días del debate presupuestario están dedicados a la recaudación fiscal. Al partido de la rosa le gustaría aumentar en 15.000 millones los impuestos a los más ricos y las grandes empresas, mientras que las formaciones macronistas se muestran muy reticentes ante esas exigencias. Solo han propuesto una tasa especial sobre los holdings financieros, que aportará 900 millones a las arcas públicas. «Todas estas amenazas son vacías, ya que (los socialistas) ejercen una oposición de cartón», ha declarado la ultraderechista Marine Le Pen.
Congelar pensiones en 2026
Más allá de la posible teatralización de los dirigentes del PS, el ambiente se ha tensado en los últimos días. El Gobierno detalló el jueves cómo prevé financiar la suspensión hasta 2028 del aumento de la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años. Para compensar esa concesión -muy simbólica al afectar la reforma más impopular del segundo mandato de Macron-, Lecornu ha previsto congelar las pensiones en 2026 y aumentarlas un 0,4% en 2027, a pesar de que la inflación prevista para ese año es del 1,75%. La CFDT, sindicato que tuvo un rol clave en el acuerdo entre el Ejecutivo y los socialistas, «no puede aceptar que las pensiones prácticamente no suban durante dos años», advirtió su 'número dos', Yvan Ricordeau.
El debate presupuestario no solo se prevé agitado debido al rompecabezas parlamentario, sino también complejo a causa de la novedad de la renuncia al 49.3. Los distintos Gobiernos recurrieron a ese contestado decreto para aprobar las cuentas públicas de 2023, 2024 y de este año. Sin ese mecanismo, resulta toda una incógnita el resultado final de las discusiones en la Asamblea y el Senado.
Por ese motivo, una parte de la clase política especula con la posibilidad de que los debates terminen sin un acuerdo a finales de año y Lecornu apruebe los presupuestos a través de ordenanzas. Para llegar a ese hipotético escenario, el primer ministro deberá evitar antes una muerte súbita en el Parlamento. El fantasma de la censura planea de nuevo sobre Francia.
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