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Darío Menor
Enviado especial. Bari
Viernes, 14 de junio 2024, 20:46
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A sus 87 años, el Papa Francisco dio muestras este viernes de que tiene cuerda para rato. Tras recibir durante la mañana en el Vaticano al presidente de Cabo Verde, a los obispos de Guinea Ecuatorial y mantener un encuentro con más de un centenar de humoristas, el Pontífice viajó luego en helicóptero durante alrededor de hora y medio para desplazarse hasta el lujoso complejo hotelero de Borgo Egnazia, en el sur de Italia, donde se celebraba la última jornada de la Cumbre del G7. Se convirtió así en el primer obispo de Roma en acudir a este foro de carácter político y económico, donde formó parte de una mesa redonda sobre Inteligencia Artificial (IA). Además, aprovechó para mantener diez encuentros bilaterales con mandatarios, entre ellos los presidentes de Estados Unidos, Ucrania, Francia, Brasil e India.
A su llegada a Borgo Egnazia le esperaba a pie de pista la anfitriona de la cumbre, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Ambos bromearon diciendo que «estaban vivos» y, con ciertas dificultades para Francisco por sus problemas de movilidad, subieron a un carrito de golf para dirigirse a la residencia donde comenzó la ronda de audiencias del Papa con los mandatarios internacionales. Uno de los primeros fue el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien en el pasado había criticado a Jorge Mario Bergoglio por mantener una cierta equidistancia en el conflicto que Kiev tiene con Moscú. Zelenski le informó de «las consecuencias de la agresión rusa, de su terror aéreo y de la difícil situación energética», valorando además las aportaciones de la Santa Sede para resolver el conflicto. Ambos hablaron también sobre las condiciones necesarias para que se alcance «una paz justa y duradera», según comentó el líder de Kiev.
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Acabada su primera ronda de encuentros bilaterales, el Papa acudió a la sala donde tuvo lugar el debate sobre Inteligencia Artificial saludando personalmente a todos los mandatarios. Entre ellos estaba el presidente argentino, Javier Milei, que le abrazó efusivamente, aunque ambos no mantuvieron ningún encuentro privado. Milei había sido invitado a la cita de Apulia personalmente por Meloni, que le recibió de manera muy cariñosa, diciéndole que era «increíble» que hubiera podido acudir. Ante la anfitriona de la cita, su compatriota y el resto de líderes presentes, el Pontífice argentino bromeó al mostrar dos versiones de su discurso y decir que elegía el más corto. Bergoglio consideró que la Inteligencia Artificial es un instrumento «fascinante y tremendo» Y exigió a los líderes mundiales que actúen para que esta tecnología «extremadamente poderosa» y que cada vez tendrá más peso en nuestras vidas, esté siempre «al servicio del ser humano».
Francisco pidió que sean las personas quienes mantengan siempre «el control sobre el proceso de elección» que utilizan los programas de IA y remarcó que «ninguna máquina debería elegir jamás poner fin a la vida de un ser humano», como señalaba ya el escritor Isaac Asimov en la primera de sus tres leyes de la robótica. Exigió incluso una prohibición de las «armas autónomas letales», expresión máxima del uso de la tecnología en los conflictos armados, y propuso una «moderación ética» de los algoritmos, que bautizó como «algorética». Finalmente, hizo un llamamiento a favor de la «buena política» como «camino eficaz» para alcanzar la «paz social».
Para Meloni, la presencia en la cita del G7 del Pontífice, cuyas palabras consideró «inspiradoras», supone un éxito personal que no habría querido empañar incluyendo en la declaración final de la cumbre una mención al aborto, una práctica rechazada de pleno por la doctrina católica. «No sé si en un G7 en el que participa también el Papa era oportuno incluirlo», comentó Francesco Lollobrigida, ministro de Agricultura en el Gobierno italiano y cuñado de Meloni. En la anterior edición de este foro económico y político, celebrado en 2023 en la ciudad japonesa de Hiroshima, se había abogado en su texto final por un acceso «seguro y legal» a la interrupción voluntaria del embarazo y a los cuidados médicos posteriores para la mujer.
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En las negociaciones de cara al documento con las conclusiones de la reunión celebrada estos días en Italia, la delegación francesa habría presionado a las autoridades italianas, organizadoras de la cumbre, para que se incluyera un mención explícita al aborto. Esta cuestión tiene una gran importancia para el presidente francés, Emmanuel Macron, que impulsó la reciente inclusión en la Constitución de su país del acceso garantizado a esta práctica, por lo que se mostró «decepcionado» con la posición italiana, que justificó por las «distintas sensibilidades» sobre este tema en las dos naciones. Meloni, que mostró su poca sintonía con el mandatario galo en los saludos previos a la cena de gala de la noche del jueves, le afeó a Macron que hiciera «campaña electoral en un fórum tan valioso como el G7».
El Gobierno italiano optó finalmente por confirmar los compromisos en esta materia asumidos en la reunión de Hiroshima sin necesidad de incluir la palabra 'aborto'. El texto final habla de la necesidad de promover la salud sexual y reproductiva para todas las personas, especialmente las más vulnerables, sin recurrir al polémico término. En el documento, en su apartado sobre libertades civiles, también se aboga por impulsar la igualdad de género y los derechos de las mujeres, así como de los miembros del colectivo LGTBI.
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