Una oleada se suicidios sacude la Administración Tributaria francesa
Hasta 13 agentes de Hacienda acabaron con su vida de enero a junio de este año, un porcentaje dos veces superior a la media nacional
Enric Bonet
París
Domingo, 13 de julio 2025, 01:02
Representó una tragedia laboral que aún recuerdan en Francia. El grupo France Telecom, conocido ahora como Orange, sufrió una oleada de suicidios entre 2006 y ... 2008. 19 trabajadores de esa empresa telefónica acabaron con su vida y 12 más lo intentaron. Esa trágica situación coincidió con su privatización y con una agresiva política de reestructuración que perseguía 22.000 despidos. La justicia condenó en enero al entonces presidente de la firma, Didier Lombard, a una pena de un año de prisión condicional por ese «acoso moral e institucional».
Casi dos décadas después, existe el temor creciente en Francia de que otro sector de la administración sufra una situación parecida: los agentes encargados de recaudar los impuestos. Hasta 13 funcionarios o trabajadores de las finanzas públicas se han suicidado en la primera mitad de este año. Una cifra que supera a la de todo el 2023, cuando 13 acabaron con su vida, y a la de 2024, con 9. Además, es un porcentaje dos veces superior a la media del país.
«Somos conscientes de que un suicidio siempre se debe a múltiples razones, pero estas cifras tan elevadas obligan a que nos interroguemos sobre la responsabilidad de las autoridades en este fenómeno», asegura Olivier Villois, secretario nacional de la CGT -segundo sindicato de Francia- en las Finanzas Públicas. Algunas de esas muertes ocurrieron en las mismas oficinas, lo que alimenta las sospechas de que estuvieron relacionadas con un sufrimiento laboral. Así sucedió en enero cuando encontraron a un joven inspector, de 30 años, colgado en la entrada de un centro de Saint-Denis, en la periferia norte de París.
Este preocupante fenómeno ha afectado especialmente a los funcionarios del servicio tributario y mucho menos a los trabajadores de los otros sectores del Ministerio de Economía, a pesar de que en mayo una empleada encargada de la limpieza de los uniformes saltó al vacío desde la planta superior de la sede en Bercy. Los sindicatos temen que está ligado al tijeretazo sufrido por este cuerpo del Estado en las últimas décadas. Desde 2008, los agentes de la Hacienda gala pasaron de 126.000 a menos de 94.000, siendo el sector estatal más afectado por estos recortes. Y continuarán este año con 575 plazas menos.
«Desde la llegada de Emmanuel Macron al Elíseo en 2017, intentó reducir el número de funcionarios sin tocar el ejército, la Policía y la educación nacional. Eso comportó que concentrara la supresión de puestos en la administración fiscal», critica Villois. Esta política se vio reflejada con el cierre de oficinas en localidades pequeñas y medianas «y que las concentraran en las grandes ciudades. Lo que obligó a muchos agentes a desplazarse centenares de kilómetros cada día. Aunque esto también ocurre con muchos trabajadores del sector privado, el problema fue la brutalidad con la que aplicaron estas medidas», sostiene el secretario nacional de la CGT Finanzas, quien ve en estos cambios uno de los motivos de «malestar profesional».
Escasa satisfacción
Los sondeos internos muestran en este sector uno de los niveles de satisfacción más bajos. El 54% de los agentes de Hacienda se declaran satisfechos de su trabajo, mientras que la media del conjunto del funcionariado galo es del 72%. Este malestar, según Villois, también se debe a la agresividad creciente por parte de los ciudadanos a la hora de informarse o hacer reclamaciones sobre sus declaraciones de impuestos.
«Como cada vez hay menos oficinas, la gente tiene que hacer más cola y se producen a menudo momentos de tensión», lamenta Villois. Esas situaciones también se ven favorecidas por el hartazgo fiscal de una parte significativa de la población, como lo reflejó en 2018 la revuelta de los llamados 'chalecos amarillos'.
Los medios franceses se hicieron eco esta semana de esta inquietante ola de suicidios. La repercusión mediática ha obligado a las autoridades a tomarse más en serio este problema, que, según los sindicatos, habían relativizado hasta ahora con el argumento de que solo dos de los 13 decesos tuvieron lugar en el puesto de trabajo. «Se trata de unos dramas que traumatizan a nuestro colectivo y de unas cifras preocupantes. En ningún caso quiero minimizarlas», se defendió Amélier Verdier, directora de Hacienda.
Durante la última semana celebraron dos reuniones en el Ministerio de Economía para tratar este problema. Las primeras medidas consisten en abrir de manera sistemática una investigación cada vez que se produce un suicidio -hasta ahora solo se investigaba cuando la muerte ocurría en las oficinas- y ofrecer formaciones sobre salud mental.
Los sindicatos valoran positivamente estas primeras decisiones, pero las consideran insuficientes. «Esperamos que no se reproduzca el síndrome de France Telecom», advierte Villois.
¿Ya estás registrado/a? Inicia sesión