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Enric Bonet y Helena Rodríguez
París
Lunes, 31 de marzo 2025
El eurodiputado Jordan Bardella aparece en estos momentos como el mejor posicionado para sustituir a Marine Le Pen de cara a las elecciones presidenciales en ... Francia de 2027. Este joven dirigente, de 29 años, ya había asumido la presidencia de Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) en el otoño de 2022. En el país vecino resulta habitual que no coincida el liderazgo de un partido con el de ese mismo espacio. Los planes de la formación pasaban por una última candidatura de Le Pen dentro de dos años y una hipotética sucesión con la mirada puesta en 2032.
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No obstante, la sentencia del lunes obliga a revisar el calendario a esta formación nacionalista y xenófoba. «Quizás el clan Le Pen está dispuesto a que Bardella la sustituya de manera puntual, pero tengo mis dudas de que esta solución pueda durar mucho tiempo», explica a este medio la politóloga Safia Dahani, coautora del libro 'Sociologie politique du Rassemblement National' (Sociología política de Agrupación Nacional).
Hábil con los códigos televisivos y de las redes sociales, Bardella cuida mucho su imagen. Pero generan dudas tanto su juventud como los errores cometidos durante la campaña de las legislativas del pasado verano. Hasta el punto de que dirigentes de otros partidos, por ejemplo, Bruno Retailleau (ministro del Interior) o Gérald Darmanin (de Justicia), también aspiran a aprovechar parte del vacío que puede dejar la muerte súbita de las ambiciones electorales de la líder de Agrupación Nacional.
De consumarse su paso adelante en el liderazgo de los ultraderechistas galos, será el primero que no lleve el apellido Le Pen, dejado por su fundador Jean-Marie, a la postre expulsado de la formación. Liberarse de la vitola de la familia podría suponer una liberación pero también perder del apoyo de aquellos fieles al clan. A quienes le cuestionan va una de las frases que más ha repetido Jordan Bardella: «Ustedes miran al pasado. Yo miro al futuro».
Fue la líder condenada este lunes quien precisamente eligió al joven como su mano derecha, una especie de delfín que vino al mundo en una familia humilde de Drancy, un suburbio castigado por la pobreza y las drogas ubicado en el noroeste de París. Curiosamente, sus padres son inmigrantes italianos y tiene raíces argelinas. Su formación académica quedó incompleta en la etapa universitaria: no pudo entrar el Instituto de Estadios Políticos de París y dejó los estudios de Geografía en La Sorbona para dedicarse a la política, donde su carrera ha sido fulgurante.
A los 17 años ya estaba afiliado al Frente Nacional y con tan solo 22 años fue nombrado portavoz. Un año después encabezó la lista para las elecciones europeas y a los 26 llegó a la presidencia del partido. Antes de conocerse la sentencia y sabedor de que necesita más apoyos, a poder ser con dinero y poder, ha pasado los últimos meses reuniéndose con empresarios y cuenta con el apoyo de los medios de comunicación del espectro conservador. Además, el pasado mes de noviembre publicó su autobiografía, «Ce que je cherche» (Lo que estoy buscando, que se ha convertido en un éxito editorial, con 200.000 ejemplares vendidos.
El alto, impecable y repeinado político no lo tiene todo hecho, sin embargo. En su camino hacia las presidenciales francesas podría interponerse otra componente del clan Le Pen. Se trata de Marion Maréchal, sobrina de Marine y nieta favorita de Jean-Marie, que abandonó el Frente Nacional para entrar en otra formación ultra, Reconquista, que terminó desapareciendo. Sin partido y con el asiento de su tía vacante, no hay que descartar la menor de la 'familia fundadora',
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