Líderes europeos instan a Trump a tener en cuenta a Ucrania y exigir una tregua a Putin
El presidente de EE UU se compromete a no negociar sin Kiev y arrancar una reunión con Zelenski al jefe del Kremlin
Miguel Pérez
Miércoles, 13 de agosto 2025, 13:54
La reunión de líderes europeos con los presidentes de Ucrania, Volodímir Zelenski, y Estados Unidos, Donald Trump, no fue este miércoles más lejos de la ... pulsión de un miedo. El Viejo Continente siente un profundo temor ante la posibilidad de que el republicano realice un nuevo ejercicio de empatía con Vladímir Putin el viernes en Alaska y acabe dispuesto a hacerle concesiones territoriales y de otro tipo para lograr la paz en la exrepública soviética que luego resulten imposibles de asumir por Kiev. Algo parecido ya sucedió y terminó con una violenta reprimenda sobre Zelenski y la interrupción temporal del envío de armas estadounidenses a su ejército.
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Por eso, el formidable montaje diplomático que el canciller Friedrich Merz organizó para poner en contacto a los dos mandatarios citados con los gobernantes de los seis países que tiran de la misión de paz en Europa –Merz (Alemania), Keir Starmer (Reino Unido), Emmanuel Macron (Francia), Giorgia Meloni (Italia), Donald Tusk (Polonia) y Alexander Stubb (Finlandia)–, la jefa de la UE, Ursula von der Leyen, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, pudo resumirse en una única frase: «No se puede tomar ninguna decisión sin que se pronuncie Ucrania».
No es nada que no dijeran estas mismas seis naciones en un comunicado el pasado fin de semana o la propia Unión Europea en una declaración este martes. Pero se trataba de enfatizar el respaldo continental a Kiev y de marcar a Trump los límites que no traspasará el bloque. La videoconferencia demostró la importancia que para los aliados a este lado del Atlántico tiene la histórica reunión, no solo con vistas a proteger a la república invadida por los rusos, sino para la propia seguridad comunitaria en el futuro. Los gobernantes creen que sólo si el jefe del Kremlin sale de este conflicto con la sensación de que no ha ganado, de que se ve limitado, amenazado –en este caso con dolorosas sanciones– y forzado a una negociación, cabe la posibilidad de que se lo piense dos veces antes de provocar nuevos desmanes. Sobre todo, si la población civil rusa acaba pensando que el derramamiento de sangre ha sido inútil.
Un interlocutor imprevisible
Luego está la cuestión de la impredecibilidad de Trump. Por mucho que se le interprete, resulta imposible conocer por dónde saldrá en su cara a cara con Putin, y eso inquieta a los europeos porque con Joe Biden las líneas siempre estaban claras. Sin embargo, hay un dato favorable. Mientras hace unos meses todo era desdén, en esta ocasión el presidente de EE UU se ha vuelto hacia la UE y los países coaligados. Y es más, se comprometió a no ofrecer concesiones territoriales a Moscú sin la participación de Kiev, según informó el jefe de Estado francés, Macron.
Große Geschlossenheit mit unseren Freunden und Partnern. pic.twitter.com/PqxPwFqMu5
— Bundeskanzler Friedrich Merz (@bundeskanzler) August 13, 2025
La cumbre virtual de este miércoles tiene pocos precedentes. Incluso se desarrolló desde una sala oculta del Gobierno alemán en Berlín, según publicó el diario 'Bild'. Merz eligió el lugar en coordinación con los Servicios Secretos con el fin de que la conferencia no pudiera ser espiada por la Inteligencia de Moscú. Alemania conoce bien las técnicas del Este. Las sombras existen desde hace mucho, pero han crecido en los últimos días tras descubrirse ciertas evidencias rusas en un ataque al sistema informático de la Corte Federal de EE UU. El canciller, Zelenski y sus asesores fueron los únicos en la sala. El Servicio Secreto prohibió los móviles y los dispositivos electrónicos dentro de la habitación, insonorizada, equipada para la guerra electrónica y sin ventanas.
Los líderes acordaron con Trump que, después de la del viernes, las siguientes reuniones deberían tener un formato trilateral e incluir a Zelenski. Todos ellos firmaron un pacto de cinco puntos encabezado por esta condición y completado con las siguientes: debería haber un alto el fuego y garantías de seguridad, Rusia no puede tener derecho a vetar las perspectivas de Ucrania en la OTAN y, finalmente, debería haber sanciones y presión conjunta sobre Moscú.
El líder ucraniano afirma que el republicano le ha ofrecido garantías de seguridad tras la guerra
El inquilino de la Casa Blanca elogió a sus interlocutores como políticos «destacados» capaces de alcanzar acuerdos en busca de la paz y subrayó la «buena» conversación mantenida con todos ellos. Escuchó más que habló y enseñó sus límites para el careo. Por ejemplo, Zelenski le exhortó a que del cara a cara en Alaska salga un alto el fuego. Trump lo acató, pero no explicó qué hará para convencer a Putin ni qué oferta podrá trasladarle para el fin de la guerra.
Sin embargo, planteó la posibilidad de formalizar con el presidente ruso una segunda cumbre que siga a la del viernes donde sí Zelenski dispondrá de asiento. Los asesores a ambos lados del Atlántico empezaron a buscar inmediatamente posibles ubicaciones para un hito de este alcance que podría celebrarse en Europa u Oriente Medio, donde EE UU participa en las inciertas negociaciones de paz en Gaza. No obstante, aclaró que esta iniciativa dependerá de Putin.
Un primer sondeo
El antiguo espía de la KGB lo tiene más claro: quiere para Rusia todos los territorios del Donbás donde aún quedan zonas bajo control ucraniano (Donetsk y Lugansk), propone la aplicación de una tregua a posteriori y Ucrania nunca ingresará en la OTAN. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Alexéi Fadeyev, declaró el miércoles que «las consultas solicitadas por los europeos son acciones política y prácticamente insignificantes».
Trump y Putin conversarán también sobre oportunidades comerciales y la posibilidad de restablecer la relación bilateral en algún momento. De hecho, el primero se presentará seguramente con una oferta para abrir a Moscú los recursos minerales de Alaska, compartir la explotación de tierras raras e incluso suspender algunas sanciones a la industria rusa. Todo eso, a cambio de decretar el fin de la guerra.
El propio líder republicano pidió a la coalición europea que no se tome este encuentro como el comienzo de una negociación. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, rebajó horas antes las expectativas de este histórico momento y precisó que su jefe solo trata de sondear la fiabilidad del dirigente ruso después de los fiascos que ha sufrido con sus promesas. En Washington se dice que dará por concluida la entrevista si observa en el antiguo espía de la KGB señales de impostura o de «no mostrar una predisposición a conseguir la paz». Y «habrá graves consecuencias».
Trump podría tentar a Putin con una oferta para explotar yacimientos y le levantaría sanciones
Merz consideró que la videoconferencia resultó «constructiva y que Trump «comparte en gran medida» las posiciones europeas. Según Zelenski, hubo un «ambiente muy positivo y unido», aunque pidió a todos los aliados «ejercer aún más presión sobre Rusia». El finlandés Stubb apreció que «los próximos días y semanas pueden ser decisivos», mientras que el británico Starmer señaló que la misión de paz comunitaria está preparada para movilizarse. A Trump solo le molestaron los comentarios en algún medio relativos a que, como la reunión tendrá lugar en suelo estadounidense, «Putin 'ya ganó'. ¿Qué demonios es eso? Ganamos todos», espetó en su red social.
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