Cesiones territoriales, levantamiento de sanciones, blindaje de la OTAN: estos son los puntos que gustan a Putin del plan de paz de EE UU
Aunque Rusia celebra el intento de entendimiento para acabar con la guerra en Ucrania y reconoce que «muchas de las cláusulas» obedecen a sus intereses, hay puntos que siguen sin convencerle y se niega a hacer concesiones
Álex Bustos
Corresponsal. Moscú
Miércoles, 26 de noviembre 2025, 18:55
Los 28 puntos del plan de Donald Trump para acabar con la guerra en Ucrania han dado mucho de qué hablar. Desde Kiev y Europa ... se han criticado algunos de los puntos más polémicos, mientras que por la parte rusa ha habido bastante silencio. Pero lo que dijo el martes Yuri Ushakov, el asesor presidencial de Vladímir Putin, fue muy elocuente: en el Kremlin este borrador resulta bastante convincente. «No todas, pero sí muchas de las cláusulas nos parecen totalmente aceptables», aseguró. Moscú ha celebrado que se le escuche tras la cumbre celebrada entre Putin y el mandatario estadounidense en Alaska a mediados de agosto.
El que probablemente resulta más atractivo para Rusia es el reconocimiento ansiado de Crimea, Donetsk y Lugansk como suyas. Este punto implica que Washington aceptaría estas conquistas y, por lo tanto, podría empujar a otros países a aceptar este cambio de fronteras por la fuerza. Sin embargo, este apartado cojea en cierta medida para Putin ya que en Jersón y Zaporiyia solo se reconocería lo que controla actualmente Moscú en la línea de frente. Es decir, debería renunciar a partes de estas regiones, algo que la Constitución del país euroasiático no permitiría porque la ley las considera suyas y está prohibido ceder territorios a otros Estados. Además se quedaría sin el control total de la central eléctrica de Zaporiyia, cuya capacidad se compartiría pero quedaría en manos de Kiev.
Otro anhelo que cumpliría Moscú sería su regreso al mercado internacional gracias al levantamiento de las sanciones, que daría oxígeno a una economía rusa que no pasa por su mejor momento. Esta vuelta a la escena mundial incluiría un reingreso al G8, del que quedó expulsado el país después de la anexión de Crimea. Cuando el Kremlin invadió Ucrania arguyó la supuesta persecución del ruso, algo que el punto 20 buscaría zanjar. Así, en su camino europeo Kiev adoptaría leyes en el marco de la UE que favorecerían la tolerancia religiosa y la protección de minorías lingüísticas (algo que beneficiaría a los rusoparlantes aunque son prácticamente una mayoría).
La OTAN es desde hace décadas el «coco» de Moscú y el acuerdo promete no ampliar la Alianza, que Ucrania nunca entraría en ella (lo rubricaría en su misma Constitución) y sus tropas no estarían en territorio ucraniano. Hasta el momento la presencia militar del organismo transatlántico se concentra en Polonia, también próxima a Rusia.
Aspectos polémicos
Moscú, paralelamente, se mantiene inamovible en sus líneas rojas. «No se puede hablar de ningún tipo de concesiones, de retroceder en nuestra postura en lo que se refiere a detalles clave para resolver las tareas que tenemos, incluida la operación militar especial», advirtió este miércoles el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Riabkov.
Uno de los ejemplos más paradigmáticos es el planteamiento de Trump de que el personal militar ucraniano se reduzca a 600.000 personas. Aunque hoy en día hay entre 800.000 y 850.000 efectivos en las filas del ejército de Kiev, queda lejos de los 250.000 que habían antes de la guerra que empezó en 2022. Una de las intenciones más claras de Rusia al invadir a su vecino fue «desmilitarizar» a este país, que tildó como una posible amenaza para su seguridad. Una nueva «operación militar especial» resultaría imposible además por las garantías de seguridad que Occidente daría a Kiev.
Otro de los puntos que podrían disgustar más a Rusia es el uso de sus activos congelados en el extranjero para reconstruir Ucrania, algo que para el Kremlin es inaceptable. Además, durante la misma reconstrucción del país atacado, EE UU podría ganar más influencia en este país. Uno de los factores clave en este suceso sería la implicación del gigante de inversión estadounidense Blackrock. Larry Fink, el presidente de esta compañía, ya aseguró en 2022 que la empresa estaba dispuesta a ayudar al país liderado por Voldímir Zelenski.
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