Bayrou se someterá a una moción de confianza para afianzar sus impopulares medidas contra la deuda
La votación se celebrará el próximo día 8 y será la novena reválida a la que se enfrenta el primer ministro francés. De momento, todo está en su contra
Por si François Bayrou no hubiese tenido suficiente con las ocho mociones de censura a las que se ha enfrentado desde que en diciembre del ... año pasado fue nombrado primer ministro de Francia, este lunes ha anunciado que se someterá a una moción de confianza el próximo 8 de septiembre. Será la novena reválida que vota el parlamento galo, y lo hará en un clima más que caldeado: Bayrou ha planteado un recorte de 44.000 millones de euros del gasto público -dando también un tijeretazo de 3.000 empleos a la plantilla de los funcionarios- para reducir el déficit presupuestario del país, que se ha disparado hasta el 5,8%, casi el doble del 3% que la Unión Europea establece como límite. Además, ha propuesto incluso eliminar dos días festivos, una guinda que ha provocado el anuncio de un estallido en las calles, con el llamamiento a un parón nacional para el día 10.
Es un órdago peligroso. Y lo sabe. «Hay momentos en la vida en los que solo un riesgo calculado puede evitar un riesgo mayor. Se trata de la supervivencia de nuestro estado, la imagen de nuestra nación y de cada familia», ha explicado Bayrou, para el que Francia pasa por un «momento decisivo». Pero no tiene asegurado un voto positivo. «Si se logra la mayoría, el gobierno se consolida. Si no, el gobierno cae», ha añadido durante una rueda de prensa.
Todos en su contra
En esta ocasión, ese extremo podría darse, porque los dos sectores ultra de la Asamblea Nacional, los izquierdistas de La Francia Insumisa y los derechistas de Agrupación Nacional ya han avanzado que aprovecharán la situación para tratar de tumbar a Bayrou.
«Obviamente votaremos en contra del voto de confianza», ha escrito la líder de la segunda formación, Marine Le Pen, en redes sociales. «Solo la disolución de la Asamblea permitirá ahora al pueblo francés elegir su destino». En esta coyuntura adversa, Bayrou necesita el apoyo de los socialistas para seguir a flote, algo nada sencillo si se tiene en cuenta que la última moción de censura la planteó ese partido, aunque no prosperó por la falta de apoyo de la ultraderecha. Por si quedaban dudas, su máximo responsable, Arthur Delaporte, ya ha dicho que no ve «cómo podemos votar a favor».
El primer ministro, sin embargo, considera que sus recortes y un posible incremento de la presión fiscal son el único camino por el que puede transitar con éxito la república. «Cuando la casa arde, o cuando el buque está hundiéndose, lo primero que hay que hacer es reconocer la situación. No permitiré que nuestro país se hunda, porque lo que está en juego es nuestra libertad», ha justificado el político moderado, que cuenta con el apoyo del presidente Emmanuel Macron.
Es esta situación crítica la que le ha impulsado a buscar el visto bueno del parlamento. Concretamente, quiere que los diputados reconozcan el problema que supone «la dependencia crónica de la deuda», para lo cual ha señalado los casos de España y de Grecia, y que planteen soluciones. Macron ya les había pedido eso último al inicio del verano, y, hasta el momento, el resto de agrupaciones se han limitado a criticar las propuestas de Bayrou, que podría dejar de ser el gran superviviente de la política francesa.
¿Ya estás registrado/a? Inicia sesión