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El confinamiento, un «caladero» para Dáesh

El confinamiento, un «caladero» para Dáesh

Las unidades especializadas en la lucha contra el terrorismo yihadista no han bajado la guardia durante el estado de alarma por el coronavirus, conscientes de que Dáesh está aprovechando este momento de «debilidad» y de confinamiento para reclutar adeptos y llamar a la acción a los «lobos solitarios».

Sagrario Ortega / Madrid

Jueves, 1 de enero 1970

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Desde mediados de marzo solo han trascendido dos operaciones policiales en España contra el terrorismo de corte yihadista, lo que no quiere decir que las fuerzas de seguridad hayan relajado su vigilancia. Todo lo contrario.

Porque, según indican a Efe fuentes de la lucha antiterrorista, mientras que de otras unidades de las fuerzas de seguridad del Estado y de la autonómicas se han destinado efectivos para vigilar el cumplimiento de las restricciones del estado de alarma, las dedicadas a combatir el terrorismo han seguido con su actividad y con todas sus «capacidades al cien por cien».

Las fuentes consultadas diferencian dos momentos para Dáesh desde que se desató la pandemia de la COVID-19. En un primer momento, hasta daba la impresión de que la organización terrorista estaba también en cuarentena, pero desde hace poco ha intensificado su actividad y está aprovechando esa «fragilidad» que ha provocado el coronavirus para «explotarla mediáticamente».

Y justo lo está haciendo, añaden las fuentes, cuando confluyen en el tiempo el Ramadán y la pandemia.

Como están constatando los investigadores, se han multiplicado los llamamientos a los radicales para perpetrar atentados, bajo el «paraguas» de que la seguridad en muchos países, sobre todo los más afectados por el coronavirus, puede estar «más distraída» y ocupada en otras labores.

Los expertos consultados no se atreven a asegurar si, en este ámbito de la amenaza yihadista, habrá un antes y un después de la COVID-19, pero tienen claro de que en lo que queda de pandemia el también llamado Estado Islámico «va a tratar de explotarlo operativamente».

Además de por los numerosos llamamientos de Dáesh a la actividad armada, los investigadores están preocupados por una de las consecuencias que puede tener el confinamiento. Hay más tiempo para conectarse a Internet, para navegar por un espacio virtual que Dáesh lleva años aprovechando para radicalizar y captar adeptos a su causa.

El «estrés» del confinamiento aumenta, por tanto, las posibilidades de ser reclutado. «La gente es más vulnerable y susceptible», recuerdan las fuentes, que insisten en que esa preocupación es muy notable entre los agentes dedicados a combatir el yihadismo.

Porque la pandemia del coronavirus ha conseguido reducir algunos delitos debido al aislamiento, pero en el otro lado de la balanza pesan otras tipologías delictivas que pueden experimentar un alza precisamente por ese confinamiento, como la radicalización o la violencia machista.

Hasta el momento, las acciones terroristas en Europa durante la pandemia se han limitado al atropello, el pasado lunes, de tres policías en la ciudad de Colombes, a las afueras de París.

Las autoridades francesas lo investigan como un atentado terrorista perpetrado por un hombre que fue detenido inmediatamente y al que se le encontró un documento en el que juraba lealtad al Estado Islámico.

Para las fuentes consultadas, este puede ser un ejemplo de «actor solitario» que ha respondido a los llamamientos de Dáesh para actuar.

En España, en lo que va de año las fuerzas de seguridad han detenido a ocho personas, una de ellas fuera de nuestro país, por su relación con el terrorismo yihadista. Una cifra que se eleva a 16 desde el inicio, el pasado 3 de diciembre, de esta legislatura.

Según datos del Ministerio del Interior, desde los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, los cuerpos de seguridad han arrestado a 960 personas, de las cuales 118 fueron detenidas fuera de España con su colaboración.

Una de las últimas operaciones, practicada la semana pasada, se saldó con tres detenidos por parte de la Policía Nacional y el ingreso en prisión incondicional de uno de ellos: un hombre de nacionalidad egipcia considerado uno de los terroristas del Dáesh más buscados de Europa y arrestado en Almería después de retornar a España tras varios años en zona de conflicto sirio-iraquí.

Ayer mismo, la Guardia Civil detuvo en Madrid a otros simpatizante de Dáesh que desde las redes alentaba a atentar contra altas instituciones del Estado, entre ellas el rey Felipe VI.

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