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Caroline Conejero
Nueva York
Martes, 22 de septiembre 2020, 22:24
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Todo apunta a que Donald Trump ya tiene garantizado que su candidata -se desconoce su identidad, pero sí se sabe que será una mujer- para sustituir en el Tribunal Supremo a la vacante dejada por la muerte de Ruth Bader Ginsburg conseguirá el respaldo del Senado. Los republicanos suman ya los votos necesarios tras el anuncio del senador Mitt Romney, distanciado del presidente, de que respaldará la candidatura de la Casa Blanca. Con ello el representante de Utah en la Cámara Alta respalda la entrada de un nuevo miembro conservador en la Corte antes de las elecciones de noviembre. Las objeciones demócratas caen por tanto en saco roto y Trump se hace con una carta que puede movilizar todo el voto de su partido cuando sólo faltan seis semanas para los comicios.
El 'sí' de Romney despeja la incógnita de la ecuación y garantiza que los republicanos sumen un mínimo de 51 votos, un número que garantiza el visto bueno del Senado. Esta cámara está bajo control del partido del elefante (53-47) y para tumbar a la designada por Trump los demócratas necesitarían cuatro deserciones de su rivales. Hasta el momento sólo dos senadoras republicanas moderadas han señalado su oposición a que la vacante en la Corte sea cubierta antes del 3 de noviembre. Incluso en el hipotético escenario de que Romney se sumara finalmente a ellas, el voto del vicepresidente Mike Pence rompería el empate 50-50.
Romney, que dijo que votará al nominado en función de sus calificaciones, defendió su decisión por estar basada en el «precedente» y ser consistente con la historia. El senador mormon alegó también que es sensato tener un tribunal con una inclinación más conservadora que la de las últimas décadas.
La posibilidad de que finalmene votara en contra de su grupo alimentaba las esperanzas de los demócratas. Porque el representante de Utah ya se salió de las filas republicanas en febrero en el juicio del impeachment a Trump, al convertirse en el único voto republicano en apoyar la destitución del presidente.
Trump planea anunciar su nominación al Supremo el sábado, lo que obligaría al Senado a uno de los procesos de confirmación más rápidos de los tiempos modernos y que se producirá cuando muchos electores ya han ejercido su derecho al voto por anticipado gracias a un proceso abierto en varios Estados.
Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana del Senado, insistie en que seguirá adelante con el proceso de confirmación antes de las elecciones, ignorando las críticas demócratas de que, en 2016, se negó a considerar al candidato del presidente, Barack Obama, para una vacante en el Supremo ocho meses antes de la cita con las urnas. Por aquel entonces defendía que los votantes deberían tener voz.
Los demócratas del Senado y sus aliados liberales cuentan con escasas herramientas para bloquear el procoeso, mas allá de intentar que cuatro miembros de la formación rival rompan la disciplina. Al líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, sólo le queda adoptar un tono de declaración de guerra total contraMcConnell, al que acusó de abuso de poder.
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