Trump exige a los socios de la OTAN aranceles sobre China para forzar a Rusia a firmar la paz en Ucrania
Pretende así paralizar la compra de petróleo y ahogar la economía del Kremlin para obligar a Putin a negociar el fin de la invasión
«Si la OTAN hace lo que digo, la guerra (la invasión rusa de Ucrania) terminará rápidamente. Si no, sólo están perdiendo mi tiempo, y ... el tiempo, la energía y el dinero de Estados Unidos», escribió Donald Trump en su red social, Truth Social. El presidente de EEUU ha enviado una carta al resto de los miembros de la Alianza Atlántica para pedirles que dejen de comprar petróleo a Rusia y que apliquen aranceles secundarios (del 50 hasta el 100%) sobre China, aliado de Moscú y su mejor cliente en el mercado de los hidrocarburos. El magnate republicano considera que si cierra ese grifo, la economía rusa se hundirá y Vladímir Putin se verá obligado a sentarse en la mesa para negociar la paz en Ucrania después de más de tres años de guerra.
Trump usa el comercio internacional como un elemento más de presión. El martes, varios drones rusos invadieron el espacio aéreo de Polonia, socio de la OTAN. De inmediato, el Gobierno de Varsovia y muchos de sus aliados pidieron una respuesta de la Alianza, incluida la de Estados Unidos. Entre las medidas a tomar se planteó un aumento de las sanciones económicas al Kremlin.
Pero antes de dar ese paso, el presidente norteamericano solicita al resto de países que forman la Alianza que corten las compras de petróleo ruso. «Ese comercio debilita enormemente nuestra posición negociadora ante Rusia», subrayó. «Como saben, el compromiso de la OTAN con la victoria ha estado lejos del cien por cien y la compra de petróleo ruso por parte de algunos es sorprendente», lamentó Trump. Sin embargo, la mayor parte de los socios de la Alianza cerraron el comercio de hidrocarburos con Moscú tras la invasión de Ucrania.
Excepciones: Hungría, Eslovaquia y Turquía
Hay excepciones. Hungría (Viktor Orbán) y Eslovaquia (Robert Fico), dos países gobernados por dirigentes próximos a Putin y también a Trump, mantienen abierto ese canal comercial. También Turquía, que trata de mantener sus vínculos con el Kremlin a pesar de la guerra. Es miembro de la OTAN pero no está sujeto a las sanciones de la Unión Europea contra Rusia.
La continuidad del conflicto genera frustración en el magnate neoyorquino. Prometió acabar con la guerra nada más llegar a la Casa Blanca en enero y no lo ha conseguido aún. Ahora, para lograr la paz emplaza a los aliados a aplicar gravámenes sobre la importaciones chinas. «Creo que si la OTAN como grupo impone aranceles del 50 al 100% a China sería de gran ayuda para poner fin a esta guerra tan mortífera como ridícula», defendió el líder republicano.
Trump argumenta que Pekín «tiene un fuerte control y poder sobre Rusia y unos aranceles potentes romperían ese control». Recordó, como suele hacer, que «esta no es una guerra de Trump, sino la guerra de (Joe) Biden y (Volodímir) Zelenski». «Solo estoy aquí para ayudar a pararla y salvar miles de vidas rusas y ucranianas (7.118 muertos sólo la semana pasada. ¡Absurdo!)», escribió.
La petición de implantar aranceles sobre China no cuadra con la política actual de la mayoría de los países de la Unión Europea (UE), defensores del libre comercio. Consideran que la estrategia de Trump, con sus fuertes penalizaciones contra el comercio global, es perjudicial para la economía mundial. Además, hay desconfianza ante los anuncios sobre tasas comerciales lanzados por el presidente norteamericano, que un día aplica aranceles y en apenas unas horas los anula o reduce.
Cuando el demócrata Joe Biden era el presidente –hasta enero de este año– Estados Unidos impuso fuertes sanciones a Rusia. Eso ha cambiado con Trump. Durante su mandato, Moscú se ha librado de la política arancelaria aplicada por el ahora inquilino de la Casa Blanca. No ha tomado medidas directas de peso contra el Kremlin desde que asumió el cargo. Sin embargo, ha implementado gravámenes muy elevados a India, uno de los principales compradores de petróleo de Rusia.
Ataque a una refinería
La guerra se disputa también sobre el campo de batalla de la producción energética. Un dron ucraniano impactó ayer contra una de las mayores refinerías de petróleo de Rusia y provocó un incendio, según informaron las autoridades de Moscú. «Una instalación del grupo petrolero Bashneft ha sido objeto de un ataque terrorista perpetrado con drones. Trabajamos para extinguir el fuego», afirmó en Telegram Radi Khabirov, presidente de Bashkortostán, república de la Federación de Rusia. Según su relato, los daños causados no son importantes.
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