«He gritado mucho, en 42 años que llevo aquí nunca había sentido un temblor así»
La actividad sísmica es bastante frecuente en el Lejano Este ruso, pero la intensidad del episodio ha revivido viejos fantasmas y encendido las alarmas
Álex Bustos
Corresponsal. Moscú
Miércoles, 30 de julio 2025
No se puede decir que el terremoto que sacudió este miércoles la península de Kamchatka, en el Lejano Este ruso, cogiera por sorpresa a los ... habitantes de la región, una zona sujeta a frecuentes seísmos, si bien su intensidad -8,8 grados en la escala de Richter- activó todas las alarmas y dejaba un reguero de heridos. «Las paredes estaban temblando -comentaba un residente de la ciudad de Elizovski al medio ruso Zvezda-. Es bueno que tuviéremos una maleta preparada, una con agua y ropa al lado de la puerta. La tomarmos rápidamente y nos fuimos. Pasamos miedo». En algunas ciudades se han registrado daños materiales en algunos edificios. Según los reportes de agencias como TASS, los armarios de los apartamentos se desplomaban, los espejos se rompían, los coches se tambaleaban y los balcones de las casas temblaban mientras el terremoto lo sacudía todo hasta donde alcanzaba la vista. La misma agencia ha publicado que se sucedían los cortes de luz y se caía la señal de internet en la región. A media tarde, hora de España, el Servicio Geofísico de la Academia de Ciencias de Rusia ha anunciado la erupción del Kliucevskaya Sopka, el volcán activo más alto de Eurasia con 4.800 metros de altura. La localidad más cercana se encuentra a 30 kilómetros y en ella residen aproximadamente 4.500 personas. La montaña ya había bramado en más de un centenar de ocasiones que se tenga noticia, quince de ellas en este siglo, con explosiones especialmente virulentas en los años 2007, 2010, 2015 y 2023. Aunque esta zona está escasamente poblada (toda la península tiene 300.000 habitantes en la mitad de la superfície de España), muchos aviones la sobrevuelan, por lo la erupción puede provocar problemas en los viajes aéreos.
El terremoto ha propiciado situaciones dramáticas como la vivida este miércoles en el centro oncológico de Kamchatka, de donde proceden las imágenes de un equipo médico sorprendido por los temblores en plena cirugía, una imagen que se ha hecho viral en las redes. Sanitarios como Liubov Tsiplakova, que explicaba a Komsomolskaya Pravda que «era imposible detener el proceso, el paciente estaba anestesiado, lo cuál era peligroso». Según su testimonio, la idea que todos tenían en mente era que «pase lo que pase, por mucho que tiemble, ¡la operación debía hacerse!». Finalmente, la extirpación del tumor de ovario de la paciente ha sido un éxito, a pesar de las dificultades añadidas. Otros residentes han tenido más problemas para mantener la compostura. Era el caso de una mujer citada por medios independientes rusos. «Vivo en Kamchatka desde hace 42 años y es la primera vez que siento un terremoto así. Grité mucho 'Dios, ayudáme', a pesar de que suelo conservar la calma cuando se producen temblores. Todo en casa se ha roto», ha explicado.
El departamento regional del Ministerio de Emergencias ruso ha declarado que la mayoría de edificios de la región han aguantado el golpe, con la excepción de una guardería que estaba reformándose. «Según la inspección realizada, no hay heridos graves ni víctimas. Entre los principales daños se encuentra el derrumbe de la guardería n.º 15 en Petropávlovsk-Kamchatki. Estaba en obras, así que no había niños dentro, y el personal fue evacuado rápidamente, por lo que no hubo que lamentar víctimas», confirmaba el gobernador local Vladímir Solodov al canal Rossiya 24. La excepcionalidad de lo ocurrido ha llevado al mismo dirigente regional a anunciar una reducción de la jornada laboral.
Donde sí se produjeron destrozos relevantes fue en el archipiélago de las Kuriles, parte de Rusia, situado entre la península de Kacmhatka y Japón. Allí ha llegado un tsunami que ha anegado algunas islas norteñas, aunque gracias a una rápida evacuación tampoco hubo víctimas. El puerto de Severo-Kurilsk y la empresa pesquera Alaid, próximos al epicentro, siguen inundados. Valery Limarenko, el gobernador de las Kuriles, ha anunciado que se ha restablecido el suministro eléctrico y que los habitantes del norte de este territorio ya han regresado a sus hogares. «Aún no hay información sobre el alcance de la destrucción», ha admitido en el canal de televisión Rossiya 24. «Puede que haya consecuencias en los edificios, pero aún no disponemos de información al respecto. Limarenko también ha mencionado que aún hay riesgo de tsunami en la parte costera de la isla de Paramushir, en el mismo archipélago.
La actividad tectónica es habitual en el Anillo del Fuego del Pacífico, que concentra dos de cada tres volcanes activos o dormidos
El Servicio Geofísico Unificado de la Academia Rusa de Ciencias ha declarado que las réplicas, que podrían llegar a ser de magnitud 7,5, podrían producirse a lo largo del mes. El mismo ente público también ha anunciado la posibilidad de que un tsunami de hasta 32 centímetros de altura llegue a las islas Aleutianas (EEUU), de un máximo de 20 en el distrito de Ust-Kamchatski y de no más de 6 en la capital regional. En Kamchatka y en las Kuriles se ha evacuado a 2.700 personas de las zonas más peligrosas, aunque muchas de ellas ya disponen de luz para regresar a sus hogares.
Naturaleza extrema
La actividad tectónica no es algo extraño en la región volcánica más importante de Rusia, a 6.500 kilómetros de Moscú. Se encuentra dentro del Anillo del Fuego del Pacífico, una parte del mundo que concentra dos tercios de los volcanes activos o dormidos. Uno de los mayores activos turísticos de esta parte del país euroasiático es su naturaleza, salpicada de géiseres y espectaculares formaciones geológicas. Esta realidad justifica incluso que en su bandera figuren tres volcanes. El seísmo, fruto del choque entre las placas del Pacífico y la Euroasiática, ha obligado a los servicios geológicos a activar sus alarmas en países como Japón, Estados Unidos, Canadá, Perú, Chile o Filipinas, entre otros.
El entorno de las ilas Kuriles ya vivió terremotos especialmente intensos en 2006 y 2007, de 8,3 y 8,1 grados respectivamente. Provocaron un tsunami de baja intensidad que no causó destrozos relevantes. Posteriormente, en 2017, Kamchatka vivió un temblor de 7,8 grados cerca de su costa. Tampoco fue destructivo, aunque al tratarse de un terremoto de supercizallamiento, la onda sísmica viajó más rápido que el sonido y eso desató un estallido sónico que se oyó en muchas poblaciones.
Sin embargo, hay que remontarse hasta 1952 para situar el peor antecente en la región, uno de los cinco terremotos más potentes jamás registrados. Aquel alcanzó los 9 grados en la escala de Richter, que causó numerosos daños materiales en la mayor parte de los asentamientos de la zona. Sólo en la ciudad de Severo-Kurilsk murieron 2.300 personas, cerca de una tercera parte de su población. Como la mayoría de los residentes provenía de la parte europea de Rusia, donde no suceden terremotos a menudo, no había ni protocolos ni infraestructura preparada para esta situación. El tsunami que se produjo tras el seísmo fue de entre 15 y 18 metros e impactó también en las costas del archipélago de Hawaii, en Estados Unidos.
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