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Haley, durante un acto de campaña en Franklin, en el estado de New Hampshire. Joseph Prezioso/AFP
Haley invierte toda su pólvora en New Hampshire para intentar frenar a Trump

Haley invierte toda su pólvora en New Hampshire para intentar frenar a Trump

La retirada de De Santis deja este martes a la favorita de los independientes frente a frente a su exjefe, pero aún veinte puntos por debajo en las encuestas

Mercedes Gallego

Enviada especial. New Hampshire

Lunes, 22 de enero 2024, 20:27

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Resultó que el último hombre en pie es una mujer. Nikki Haley es la única persona que se interpone ya entre Donald Trump y la nominación presidencial del Partido Republicano. Es lo único que le separa de su revancha contra Joe Biden en noviembre. No es una posición cómoda.

Al retirarse de la contienda el domingo con un vídeo en Twitter, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, declaró su apoyo a Trump con el ataque de rigor que requiere el bautismo de fuego para el magnate: «No podemos volver a la vieja guardia republicana de antaño con una fórmula reempaquetada del calor corporativo que representa Nikki Haley», lanzó. Será lo más suave que escuche la candidata, que este martes tiene su última oportunidad de presentarse como una alternativa seria al ex presidente.

¿Puede darle la vuelta a las encuestas, donde el lunes iba a diecinueve puntos de Trump? «Lo veo muy difícil», advierte el estratega republicano de New Hampshire David Carney, considerado «una leyenda del operativo republicano» por la revista 'Time', después de haber sido consultor en las campañas de George Bush, Bob Dole, Newt Gingrich, Rick Perry y Kelly Ayotte.

Carney reconoce que en New Hamsphire todo es posible. Bill Clinton recibió en este estado el sobrenombre del 'Comeback Kid' por la sorpresa que le permitió ganar la nominación, pese a haber obtenido sólo el 2,8% de los votos en Iowa. New Hampshire también se portó con su mujer, Hillary Clinton, a la que todo el mundo daba por acabada tras quedar tercera en Iowa e ir trece puntos por detrás Barack Obama en las encuestas de este estado. Ese mismo año John McCain venció a Mitt Romney, que prácticamente jugaba en casa por haber sido gobernador del vecino Massachussets, y dejó en la cuneta al predicador Mike Huckabee, que había ganado Iowa con contundencia.

¿Por qué no puede Haley beneficiarse de la retirada de última hora de DeSantis? «Porque el 6% de votos que se le atribuía a de DeSantis van a ir a Trump», augura el estratega republicano. El gobernador de Florida se había presentado como una versión 2.0 del ex presidente, más orientado a la derecha y con menos exabruptos. O sea, más predecible y confiable. Su tardía declaración de intenciones dio seis meses de margen a Trump para machacarlo y su mala gestión de los 150 millones de dólares recaudados mermaron su credibilidad.

Notoriedad tardía

Haley se beneficia de una notoriedad tardía que ha dejado menos tiempo a Trump para atacarla, pero en las pocas semanas en las que se le ha visto como una alternativa ha logrado demonizarla como una candidata 'inelegible' en las generales de noviembre y alguien demasiado incorporado al sistema contra el que se rebelan los votantes. Ése es el ángulo que ha explotado DeSantis en su retirada. La paradoja es que Haley fue una de las primeras figuras que se sumaron al nacimiento del Tea Party y cuenta con el apoyo de Americans for Prosperity, la organización de los hermanos Koch que financió el movimiento.

«Aquellos de vosotros que estáis reportando que soy una moderada, os pediría que nombréis una sola cosa en la que no sea conservadora», retó el viernes a la prensa. En su letanía de derechas citó haber aprobado como gobernadora de Carolina del Sur «la ley antiinmigración más dura del país», la revisión de las pensiones de los funcionarios públicos y el endurecimiento de los requisitos para votar.

Trump la acusa de ser una globalista. Ciertamente su exembajadora en la ONU es una de las pocas candidatas en la contienda republicana que defiende la ayuda a Ucrania para impedir una guerra mayor. Con un marido militar que ha estado desplegado en Afganistán, para Haley el apoyo de los aliados y la medida de la fuerza es algo personal. Su exjefe la acusa también de no haber sido lo suficiente dura y haber tratado de frenar su labor en la frontera.

Putin y Kim

Como madre e hija de inmigrantes, ella se oponía a la separación familiar, pero promete cambiar por la deportación inmediata la política de aprehenderlos y dejarlos en libertad con cita judicial. Denuncia los flirteos de Trump con Putin y las cartas de amor que se intercambiaba con Kim Jong-un mientras a ella le escribía indignada la madre de Otto Warmbier, el estudiante de la Universidad de Virginia que murió torturado en Corea del Norte.

«No te equivoques, esto es entre Trump y yo», decía ayer el mensaje que envió a los teléfonos de quienes han asistido a sus mítines. «¿Quieres más de lo mismo o buscas una nueva generación de líderes?». El 70% de los estadounidenses no quiere repetir la papeleta de Trump contra Biden, pero la distinción de Haley, que se ha resistido hasta el final a atacar a su exjefe, llega demasiado tarde.

En un hipotético enfrentamiento con Biden, Haley gana por diecisiete puntos, según una encuesta del 'Wall Street Journal'. Su mejor oportunidad hoy es atraer masivamente el voto de los independientes, que no el de los demócratas, a los que Trump acusa de haber «infiltrado» en las primarias republicanas, cuando en realidad tendrían que haberse registrado como independientes o republicanos en octubre pasado, antes de que Haley despegase.

«Frente a Biden también puede ganar Trump», asegura Carney, que ve la baja popularidad del presidente como una oportunidad. «A partir de que ella se retire volverá las pistolas contra Biden y se dedicará a unificar al partido», anticipa.

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