Una fiscal elegida por Trump imputa por perjurio al exdirector del FBI James Comey
El presidente de EE UU incluye al antiguo jefe de la agencia federal en una campaña judicial para acabar con sus enemigos políticos
Mercedes Gallego
Nueva York
Jueves, 25 de septiembre 2025
La nueva fiscal del Virginia, Lindsey Halligan, elegida expresamente por Trump para llevar a cabo su vendetta política, cumplió ayer su cometido al obtener de ... un gran jurado la imputación del el ex director del FBI James Comey, que ha sido acusado formalmente de realizar declaraciones falsas y de obstrucción a la justicia. El presidente Donald Trump pidió públicamente en las redes sociales a su fiscal general que el Departamento de Justicia actuara «ya» para iniciar los procesos contra Comey y otros enemigos políticos. El presidente celebró en Truth social la imputación de «una de las peores personas a las que este país jamás se haya visto expuesto». «Justicia en América!».
«¿Y qué pasa con Comey, Adam 'Shifty' Schiff, y Letitia (James)?? … Hay que hacer justicia ya!», publicó. Los abogados de la fiscalía y el Departamento de Justicia recomendaron no acusar a Comey por falta de pruebas, pero el magnate prefirió cambiar de fiscal a aceptar ese consejo. El viernes cesó al fiscal de Virginia Erik Siebert, y lo reemplazó con su abogada personal, sin más experiencia que la de defenderlo y trabajar para una empresa de seguros.
Halligan, exconcursante en certámenes de belleza, que conoció a la viuda de Charlie Kirk -el activista asesinado- es una abogada «intrépida», alabó al anunciar que sustituiría a Siebert. El presidente cree que Comey, al que él mismo refrendó como director del FBI en 2017, agradecido por haber dañado la candidatura de Clinton al reabrir el caso contra ella de los emails clasificados 8 días antes de las elecciones, fue parte de una conspiración para filtrar información sobre la posible interferencia rusa en las elecciones de 2016.
En su testimonio jurado ante del Congreso del 30 de septiembre de 2017, el alto funcionario negó haber autorizado ninguna filtración, lo que contradijo el testimonio de su segundo, Andrew McCabe. Trump relacionó a McCabe con la conspiración contra él y buscó sin éxito su imputación. Los expertos advierten de que demostrar perjurio en la declaración de Comey será un desafío. Comey no será el último de los antiguos altos cargos e los que el presidente ha jurado vengarse.
El propio Trump ha dicho que es uno más de «la banda» de conspiradores, entre los que ve como cabecilla a su antecesor. «Barack Hussein Obama. ¿te suena?», apunta en un vídeo que Trump volvió publicar ayer mismo. En la diana más inmediata está la investigación contra la fiscal Letitia James, acusada de fraude hipotecario, como ha hecho con el senador Adam Schiff, que presidió la investigación de 'impeachment' contra él, y la gobernadora de la Reserva Federal Lisa Cook, a quien necesita destituir para poner a alguien afín en el cargo con el que obtener mayoría en las decisiones de ese órgano.
Su campaña contra «la izquierda radical» se extiende a grandes donantes demócratas como George Soros, a cuya organización quiere imputar por incendio premeditado o apoyo al terrorismo. Ayer mismo firmó una orden directiva para «contraatacar el terrorismo doméstico y la violencia política organizada». Además, funcionarios de Justicia habrían instado a fiscalías federales a que redacten planes para investigar a la fundación del multimillonario. Sería la primera vez en décadas que se prueba la interferencia directa de la Casa Blanca en las investigaciones del Departamento de Justicia.
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