Ecos del Mundo
La ciudad donde el comunismo no muereMoscú y los vestigios de la URSS ·
Estrellas rojas, hoces y martillos... Incluso la momia de Lenin continúa reposando en un mausoleo a pie del KremlinÁlex Bustos
Sábado, 20 de septiembre 2025
Encontrar el rostro de Vladimir Ulyanov, 'Lenin', en Moscú es un reto para principiantes. Hacer lo mismo con una estrella roja, o una hoz y ... un martillo, tampoco es complicado. Aunque el comunismo murió, sigue vivo en los corazones de muchos rusos y en las calles. Lo sintetizó hace años el presidente Vladímir Putin en una frase: «Quien no echa de menos la Unión Soviética no tiene corazón, quien desee su regreso no tiene cerebro». Por eso, aunque no hay ninguna regresión al comunismo, si hay una intención obvia de las autoridades de glorificar esa época, cuando Rusia era el Imperio Soviético y decidía en el mundo.
Esas hoces y martillos, estrellas rojas y caras de Lenin son símbolos que muchos moscovitas ven a diario, aunque hay menos que en la época comunista. Incluso al lado del primer (y único) McDonalds que hubo en la URSS (ahora un 'Delicioso y Punto', su versión rusa) hay un mural con una gran estrella que dice 'Nos sentimos orgullosos'. Y mientras se mantiene la división sobre qué hacer con el cuerpo de Lenin, que permanece momificado en un mausoleo en el centro de la Plaza Roja. El 41% de los ciudadanos vota por enterrarlo en un cementerio; otro tanto prefiere dejarlo como está, según estadísticas independientes.
Dice Viacheslav que Lenin es el «padre de la revolución». Por eso este moscovita no quiere mover al líder revolucionario, aunque, bromea, «solo los turistas chinos van a verle». «Hay que enterrarle», discrepa Uliana, que le considera «un símbolo» cuyo tiempo «ya pasó». El comunismo, sostiene, fue «una utopía que no llegó». No tiene dudas al respecto Guenadi Zyuganov, el líder del Partido Comunista ruso, quien augura «protestas masivas» si se intenta retirar el cadáver del líder revolucionario. «100 años después del día en que su corazón grande y bondadoso se detuvo, comienza el segundo siglo de la inmortalidad de Lenin», afirmó el secretario general de la formación.
Hoy existe algo de margen para la crítica de aquella época, pero de forma taimada. Valga como ejemplo el caso de la ONG Memorial, que buscó dar dignidad a las víctimas y se dedicó, sobre todo, a contar la represión estalinista, la más dura, que llegó a deportar a grupos étnicos enteros. Como los calmucos, los alemanes del Volga, los chechenos... que acabaron en Siberia, Asia Central y en el Lejano Este ruso. Al final, fue clausurada.
Desayunos con Stalin
Para los rusos «aquellos maravillosos 80» se vivieron bajo el comunismo. Por ello, muchos de ellos, especialmente los mayores de 50 años, recuerdan con cariño esa época y mantienen viva de alguna forma la URSS.
En las tiendas turísticas todo lo soviético es un filón. «Tanto los extranjeros como los rusos de provincias compran muchos recuerdos soviéticos», explica Ismailbek, trabajador de una tienda de souvenirs. En el local dos banderas soviéticas en la pared sirven de 'atrezzo', mientras todo tipo de productos llevan símbolos de esa época. Desde tazas con el rostro de Stalin para comenzar el día viendo al 'hombre de acero' hasta ushankas (gorros de piel), imanes, camisetas...
En las tiendas turísticas todo lo soviético es un filón. Imanes, 'ushankas', camisetas... Todo se vende
Moscú no es la misma ciudad que en los años 80. Abrazó el capitalismo y cambió parte de los grises edificios soviéticos por otros de cristal. Pero aunque la capital rusa se modernizó rápidamente, sobre todo en los últimos 20 años, algo del alma soviética sigue allí, más allá de estatuas y vestigios de esa época. Y el resultado final es una mezcla extraña entre modernidad y una vuelta a la tradición cristiana ortodoxa más relajada que en la época zarista con la planificación urbana soviética. Valga como ejemplo el mosaico de una iglesia levantada en las afueras de Moscú, donde aparece retratado entre santos Iosif Dzugashvili, más conocido como Stalin. El georgiano fue un ardiente defensor del ateísmo de estado y destruyó iglesias cristianas, mezquitas y templos budistas.
A diferencia de otros países del bloque comunista, Rusia mantiene muchos nombres de calles y bocas de metro de su época socialista. En el mapa del subterráneo moscovita hay también numerosos vestigios: la estación de la Avenida Lenin, de los Pioneros, la de los Partisanos, la de los Marxistas... Y no es raro ver en ellas estrellas rojas. En otras, como Taganskaya, una bandera soviética ondea en el cielo en un mosaico pintado en el techo.
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