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Bélgica celebra la V edición del Salón del Chocolate

Bruselas acoge hasta el domingo la V edición de su Salón del Chocolate, un evento en el que busca promocionar uno de los artículos estrella de Bélgica con puestos de más de 130 productores y al que los organizadores esperan que acudan unas 30.000 personas.

EFE / Bruselas

Jueves, 1 de enero 1970

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El Salón del Chocolate es una feria itinerante que visita cada año dieciocho ciudades y cuya gira por el mundo concluye este año en Bruselas, donde se presentó el cuarto tipo de chocolate (después del negro, el blanco y el de leche), de color rosa: el chocolate Ruby.

Este nuevo producto, que proviene del grano de cacao y tiene ese color de forma natural, fue descubierto el pasado mes de septiembre por dos artesanos de la empresa chocolatera belga Callebaut, que comercializa la tableta de 700 gramos por ocho euros.

Un clásico de la inauguración de esta feria, celebrada en el palacio de congresos Tour&Taxis de la capital belga, es el desfile de modelos ataviadas con ropa hecha de chocolate, que este año también ha contado con la presencia de la primera túnica elaborada íntegramente con Ruby.

Más allá de esta novedad, el Salón del Chocolate sigue apostando por las actividades de pasadas ediciones, como talleres y actividades lúdicas que buscan acercar a los visitantes no solo al producto, sino también a su proceso de producción.

«Es muy importante para nosotros que la gente conozca de cerca el cacao y sepa que, cuanto mayor es su calidad, mejor es el chocolate», aseguró a Efe la organizadora del evento, Sylvie Douce.

Douce destacó que a este salón, un evento «especial» por ser el último de su gira por el mundo, «acuden fabricantes de todo tipo, desde productores industriales o artesanos hasta expertos en pastelería y auténticos maestros del chocolate».

En esta feria, además del chocolate en sus presentaciones tradicionales, se pueden encontrar nuevas variedades, como las «bio», medicinales o incluso con cervezas hechas de cacao.

El Salón del Chocolate también tiene aroma a cacao latinoamericano, ya que este año ha contado, por primera vez, con la visita de los pequeños productores colombianos Provinzzia y con un gran puesto de la Oficina Comercial de Perú en Bruselas, el invitado especial de esta edición.

En esta exposición participan quince representantes del sector en Perú, desde productores de cacao y transformadores de pasta hasta empresas chocolateras o compañías dedicadas al procesamiento de otros ingredientes para esta industria.

«Tenemos mucho que aprender de la industria chocolatera europea, pero también somos conscientes de que hay un gran mercado al que abrirse en Latinoamérica, donde el consumo es mucho más bajo que aquí», aseguró a Efe la directora de la Oficina Comercial de Perú en Bruselas, Rosario Pajuelo.

El consumo medio por persona de chocolate cada año es de 500 gramos en Latinamérica, mientras que en Europa asciende hasta los nueve kilogramos, lo que, según Pajuelo, constata que al cacao peruano «todavía le queda mucho por crecer solo en Latinoamérica».

La representante del puesto de Perú destacó que su producto está creciendo en Europa «porque los consumidores demandan cada vez más trazabilidad y más calidad».

Por su parte, el cofundador de Provinzzia David Astaíza, una pequeña empresa chocolatera colombiana creada hace ocho años, señaló que la gran baza de los productores latinoamericanos es su materia prima, «aunque la mayor parte de los chocolateros son europeos».

«Es nuestro primer viaje a Europa, a donde hemos venido a aprender, pero también queremos mostrar nuestras combinaciones de chocolate con frutas exóticas de Colombia», dijo Astaíza.

El propio logo de la empresa muestra la cara de un campesino, algo que, según su cofundador, «no es habitual ver en un chocolate», lo que, desde su punto de vista, demuestra «el amor que sentimos hacia nuestra tierra y nuestro producto».

Desde su creación en 1995, el Salón del Chocolate ha visitado 32 ciudades de más de dieciséis países y ha reunido a más de 26.000 participantes y cerca de diez millones de visitantes.

El último año se celebraron veinte salones, dejó unos beneficios de 25 millones de euros y llegó a más de un millón de visitantes.

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