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Ivia Ugalde
Martes, 9 de agosto 2022, 19:27
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Sin ánimo de amedrentarse por los mayores ejercicios militares de la historia de China, el Ejército de Taiwán sacó músculo este martes al simular con fuego real cómo repeler una posible invasión. Con disparos de bengala y artillería, las tropas de Taipéi practicaron su respuesta en el condado meridional de Pingtung ante la mirada de una multitud de curiosos. Los ensayos soliviantaron aún más al régimen de Pekín, que el lunes empezó nuevas maniobras que han tomado el relevo a las realizadas la semana pasada para mostrar su furia por la visita de la portavoz del Congreso de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a la isla el pasado 2 de agosto.
«Cualquier conspiración dirigida a contrariar la tendencia histórica y resistir la reunificación por medio de las armas terminará en el fracaso, como una mantis que intenta detener una carroza», lanzó a modo de advertencia Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino mientras las Fuerzas Armadas de Taiwán desplegaban cientos de tropas y unos 40 obuses.
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Jaime Santirso
A pesar de que las maniobras han tenido un importante significado ya que han constituido la respuesta de Taipéi después de que China el fin de semana ensayara una invasión que llegó a dejar bloqueada la isla, se trataba en realidad de una actuación programada. Lou Woei-jye, portavoz del Octavo Cuerpo del Ejército de Taiwán, explicó que los ejercicios habían sido planificados antes de la escalada de tensiones en el Estrecho de Formosa. En concreto, señaló, se anunciaron en julio y está previsto que las tropas efectúen mañana una segunda jornada de simulacros.
La isla, que cuenta con un gobierno democrático y autónomo, realiza rutinariamente maniobras de una invasión china y el mes pasado ya había practicado cómo repeler ataques por mar durante sus mayores ejercicios anuales. Las autoridades de Taipéi viven en un estado de alerta permanente porque son conscientes de que Pekín considera a Taiwán una provincia más que está dispuesta a recuperar en algún momento por la fuerza, si es necesario.
El contraataque a China no se produjo este martes únicamente del lado de Taiwán. Desde Estados Unidos, Nancy Pelosi, tercera mayor autoridad del país, se mostró igual de contundente. En una entrevista en NBC y MSNBC, la portavoz del Congreso aseguró que su polémico viaje a Taiwán «ha merecido la pena» y acusó al presidente del gigante asiático, Xi Jinping, de haber reaccionado «como un matón asustado». A su modo de ver, el hecho de que ordenara al Ejército Popular de Liberación las mayores maniobras de su historia no es más que el fruto de «sus propias inseguridades». De igual modo subrayó que Xi, que aspira a un tercer mandato, se encuentra en una posición «frágil», con «problemas» principalmente en el ámbito económico.
Pese a las actuaciones bélicas de Pekín, que además ha cortado su comunicación con Washington, Estados Unidos no parece temer un empeoramiento de la situación. «No estoy preocupado, me inquieta que estén haciendo tanto alboroto. Pero no creo que vayan a hacer nada más de lo que están haciendo», declaró, por su parte, el presidente, Joe Biden, en la base de la Fuerza Aérea de Dover.
En China, entretanto, las Fuerzas Armadas dijeron que las maniobras continuaron este martes con unidades de aire y mar. La víspera había sido el turno de operaciones antisubmarino y de asalto anfibio. El ministro de Asuntos Exteriores taiwanés, Joseph Wu, en rueda de prensa en Taipéi, declaró que tanto el lanzamiento de misiles como los ciberataques recientes forman parte del «libro de jugadas militares de Pekín para preparar la invasión». El objetivo, según sostuvo, sería intentar «debilitar la moral pública» en la isla.
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