Taiwán anuncia un presupuesto militar especial para defenderse de China
El presidente William Lai Ching-te moviliza 40.000 millones de dólares contra «las crecientes amenazas» del régimen de Pekín para demostrar su «compromiso con la autodefensa»
Jaime Santirso
Pekín
Miércoles, 26 de noviembre 2025, 19:22
China arremete contra Japón para que no se inmiscuya en Taiwán mientras Xi Jinping reitera sus pretensiones ante Donald Trump, y de paso el mundo ... entero. En consecuencia, el territorio se prepara para defenderse de una amenaza más o menos distante, pero inexorable. Por eso el presidente taiwanés, William Lai Ching-te, ha revelado este miércoles un presupuesto especial por valor de 40.000 millones de dólares (34.500 millones de euros) para la compra de armamento.
El cometido fundamental de esta partida será costear la denominada 'Cúpula-T', un nuevo sistema de defensa aérea, presentado por Lai el pasado mes de octubre durante la celebración del día nacional del territorio. Este mecanismo contará con «múltiples capas, detección de alto nivel e intercepción efectiva», según declaró entonces, y está inspirado tanto en la Cúpula de Hierro israelí como en la Cúpula Dorada que Trump proyecta para EE UU.
«Las amenazas de China contra Taiwán y la región del Indo-Pacífico están aumentando», ha asegurado Lai hoy durante su anuncio. «Recientemente, diversos tipos de intrusiones militares, zonas grises marítimas y campañas de desinformación han estado ocurriendo en Japón, Filipinas y alrededor del estrecho de Taiwán, causando una profunda inquietud a todas las partes de la región».
Este presupuesto especial, en vigor durante los próximos ocho años –de 2026 a 2033–, evidencia el creciente compromiso de las autoridades taiwanesas con su seguridad, después de que estas hayan incrementado el presupuesto en defensa «según la definición de la OTAN» del actual 2,5% del PIB al 3,3% en 2026 y hasta el 5% para 2030, satisfaciendo las exigencias del presidente estadounidense, quien ha llegado a demandar un desorbitado 10%.
«En Taiwán, como la parte más importante y más crítica de la Primera Cadena de Islas, debemos demostrar nuestra determinación y asumir una mayor responsabilidad en la autodefensa», ha añadido el primer ministro, en referencia al frente natural, desde Japón hasta Filipinas, que constriñe la salida al Pacífico de la pujante Armada china.
En respuesta a esta medida, el portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado, Peng Qing'en, ha criticado esta tarde que el Partido Progresista Democrático (PPD), «impulsado por sus propios intereses políticos, permita que fuerzas externas tomen lo que quieran». «El dinero que podría haberse empleado para mejorar los medios de vida de la población y desarrollar la economía se está malgastando en comprar armas y congraciarse con potencias extranjeras, una medida que solo empujará a Taiwán al desastre», ha advertido el representante gubernamental.
Advertidos todos
Taiwán representa el epicentro de la última conflagración geopolítica en la región, motivada por la iracunda reacción de China a unas declaraciones realizadas hace tres semanas por la primera ministra nipona, Sanae Takaichi. Durante una sesión parlamentaria, la mandataria señaló que una hipotética invasión de la isla por parte de Pekín podría ser considerada una «situación que amenaza la supervivencia de Japón». Este término legal, establecido en 2015, permitiría la movilización de las Fuerzas de Autodefensa, el peculiar ejército del país, limitado en su operatividad por la Constitución pacifista impuesta por EE UU tras la II Guerra Mundial.
En respuesta, China ha iniciado una ofensiva de máxima intensidad, con ejercicios militares, sanciones comerciales y una belicosa retórica que acusa a Japón, entre otros improperios, de «retomar la senda del expansionismo» y «repetir errores históricos», en referencia a dicho conflicto y la brutal invasión de las tropas imperiales japonesas, de cuya rendición se conmemoró este año el 80º aniversario.
Esta contienda abrió un nuevo frente este lunes, cuando el régimen criticó el plan nipón de desplegar una unidad de misiles tierra-aire de medio alcance en la isla de Yonaguni, su territorio más próximo a Taiwán. «Tenemos una voluntad firme, una determinación fuerte y una gran capacidad para defender nuestra soberanía nacional y nuestra integridad territorial», proclamaba Peng en la misma convocatoria, antes de amenazar: «Aplastaremos toda injerencia extranjera».
Taiwán también fue el contenido principal de la llamada telefónica mantenida el lunes entre Trump y Xi, cuya iniciativa todavía no ha quedado esclarecida. El líder chino, en cualquier caso, ofreció un mensaje muy claro: «El retorno de Taiwán a China es parte integral del orden internacional de posguerra». «Señalando que China y Estados Unidos lucharon codo con codo contra el fascismo y el militarismo, Xi afirmó que, dado lo que está ocurriendo [la mejora de relaciones bilaterales], es aún más importante que ambas partes salvaguarden conjuntamente la victoria de la Segunda Guerra Mundial», plasmó el comunicado de la agencia oficial de noticias Xinhua.
El régimen considera al territorio, democracia independiente de facto, una región rebelde a la que nunca ha renunciado a someter por la fuerza, desde que en 1949 las tropas nacionales de Chiang Kai-shek se refugiaran allí tras perder la guerra civil contra las huestes comunistas de Mao Zedong. En los últimos años ha incrementado la presión con reiteradas maniobras que simulan el bloqueo que acompañaría a un asalto anfibio a la isla.
«Debemos enfatizar una vez más que la República de China (nombre oficial), Taiwán, es un país plenamente soberano e independiente», apuntó este martes el primer ministro Cho Jung-tai ante un grupo de periodistas congregados ante el Parlamento. «Para los 23 millones de habitantes de nuestra nación, 'volver' (a la soberanía china) no es una opción, eso es muy claro».
¿Ya estás registrado/a? Inicia sesión