Mueren dos menores alemanes y sus padres tras inhalar insecticida en un hotel de Estambul
El suceso ha ocurrido la misma semana en la que una joven ingirió un café preparado erróneamente con sosa cáustica en la ciudad turca
Alin Blanco
Viernes, 21 de noviembre 2025, 17:39
El Gobierno de Turquía investiga la muerte hace unos días por intoxicación de una familia alemana -dos menores y sus padres- que ha conmocionado al ... país. Las primeras pesquisas señalaron el consumo de alimentos en mal estado como la principal causa del fallecimiento. Sin embargo, la Policía apunta ahora a la utilización de un pesticida en el hotel en el que se alojaban como origen. Entre los fallecidos se encuentran una niña de 3 años y su hermano de 6. Otros tres huéspedes tuvieron que ser atendidos, aunque sus síntomas no fueron tan graves. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha asegurado que darán con los responsables. El caso ha reabierto el debate sobre el uso irregular de productos químicos peligrosos y la falta de vigilancia sobre su cumplimiento. El suceso ha ocurrido la misma semana en la que una joven ha sido ingresada tras ingerir por error un café con sosa cáustica.
El pasado 9 de noviembre los cuatro miembros de la familia Böcek, alemanes de origen turco, viajaron a Estambul para pasar unas vacaciones. Se hospedaron en el hotel Harbour Suites, muy próximo a la zona histórica de Sultanahmet. Durante los primeros días disfrutaron de la gastronomía local y de paseos por distintos barrios de la ciudad. Sin embargo, la madrugada del 12 de noviembre los padres, Servet y Çigdem Böcek, empezaron a preocuparse porque sus hijos, de 3 y 6 años, comenzaron a sentir náuseas y a vomitar. Pronto fueron los cuatro los que se encontraban mal.
Vapores tóxicos
Con la sospecha de que les había sentado mal alguna comida, acudieron a una clínica cercana. Tras administrarles suero y probióticos, volvieron al alojamiento para descansar. Pero, por la noche, la situación empeoró. Los padres se percataron de que su hija pequeña, Masal, de 3 años, no se movía. Llamaron a emergencias, pero los sanitarios no lograron entrar en el hotel hasta varios minutos después. El recepcionista se había ausentado dejando la puerta cerrada con llave. Pese a la asistencia médica recibida, los dos menores, Masal y su hermano Kadir, de 6 años, fallecieron durante la noche. La madre murió dos días después y el padre, este lunes.
La Policía detuvo a varios vendedores de comida callejera que habían atendido a la familia esos días, pero el Instituto de Medicina Forense descartó la intoxicación alimentaria y señaló una posible contaminación ambiental por pesticidas. El origen podría haber estado en la fumigación realizada en la habitación 101, justo debajo de la estancia en la que se alojaba la familia.
La empresa de control de plagas no contaba con ninguna certificación y otros huéspedes también sufrieron síntomas de intoxicación, aunque mucho más leves.
El hotel contrató los servicios de fumigación de una empresa de control de plagas, que aplicó químicos y selló huecos y ventilaciones, advirtiendo de que la habitación debía permanecer cerrada dos o tres días. Los investigadores sospechan que los gases tóxicos, posiblemente fosfuro de aluminio, pudieron ascender hasta el dormitorio de la familia a través del sistema de ventilación. Otras tres personas alojadas en el mismo establecimiento también mostraron síntomas, aunque más leves. Las autoridades han señalado que la compañía no contaba con ninguna certificación. Once personas han sido detenidas y ocho de ellas permanecen en prisión preventiva.
Erdogan ha prometido que se identificará a los responsables y que «no habrá piedad con ellos». El suceso aviva en el país el debate recurrente sobre el control de sustancias peligrosas y la falta de supervisión en sectores como la hotelería, la restauración o la agricultura. Organizaciones ecologistas llevan años alertando sobre el uso de pesticidas prohibidos, y un reciente fallo judicial obliga al Ministerio de Agricultura a revelar sus análisis.
Otro caso que agrava la alarma
La preocupación aumenta por un segundo incidente ocurrido la misma semana en Estambul. El lunes, una mujer de 26 años fue ingresada en cuidados intensivos después de ingerir un café preparado accidentalmente con un detergente industrial a base de sosa cáustica. La bebida se elaboró con un líquido transparente que el padre de una de las responsables del local había almacenado en botellas de cristal, lo que provocó la confusión de una empleada. La Policía investiga también este caso, que refuerza las críticas sobre la gestión negligente de sustancias altamente peligrosas en comercios y negocios de la ciudad turca.
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