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Plenario de la Asamblea Nacional Popular china. AFP
China evita por ley que la oposición gobierne en Hong Kong

China evita por ley que la oposición gobierne en Hong Kong

En la mayor reforma política desde su devolución por el Reino Unido en 1997, Pekín exigirá a los candidatos locales que sean «patriotas», es decir, leales al Partido Comunista

Pablo M. Díez

Pekín

Jueves, 11 de marzo 2021, 12:46

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En el mayor cambio político en Hong Kong desde su devolución por parte del Reino Unido en 1997, el régimen chino reformará su sistema electoral para asegurarse su control y que la oposición no pueda gobernar jamás. En la clausura de su reunión anual, así lo ha aprobado este jueves su Parlamento orgánico, que no destaca precisamente por sus debates ni por la pluralidad de ideas políticas. De sus 2.896 diputados, todos menos uno han votado a favor de cambiar la ley electoral hongkonesa para que solo puedan gobernar los «patriotas», es decir, los leales al Partido Comunista.

A partir de ahora, el Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular decidirá cómo enmendar los anexos 1 y 2 de la Ley Básica de Hong Kong sobre la elección de su jefe ejecutivo y de su Parlamento local (Consejo Legislativo o Legco). Para ello, según informa la agencia estatal de noticias Xinhua, Pekín ampliará de 1.200 a 1.500 miembros el comité que hasta ahora venía eligiendo al jefe ejecutivo de Hong Kong.

A la espera de que se concreten los detalles, estos 300 nuevos miembros serán diputados del Parlamento central y delegados de la Conferencia Político-Consultiva del Pueblo Chino, órgano asesor del régimen. Con su incorporación, Pekín se asegura así un control aún mayor sobre el comité que selecciona al responsable del Gobierno de Hong Kong. Hasta ahora, dicho comité ha estado formado por cuatro grupos, la mayoría afines a Pekín, que contaban con 300 miembros cada uno y representaban a diversos sectores como los empresarios, los profesionales, los políticos y los colectivos sociales.

Todavía no se sabe si en el nuevo comité seguirán o no los 117 representantes elegidos por los concejales de distrito, que en su mayoría pertenecen a la oposición demócrata tras su arrolladora victoria en las elecciones municipales celebradas en noviembre de 2019. Pero, tanto si continúan como si no, su poder se verá diluido por la llegada de nuevos miembros leales a Pekín.

Además, el Parlamento local de Hong Kong se ampliará de 70 a 90 diputados. Hasta ahora, la mitad de ellos son elegidos mediante sufragio universal y la otra mitad a través de votaciones sectoriales y gremiales. Pero todavía no se sabe cuántos de esos nuevos 20 diputados serán nombrados por el comité electoral que Pekín va a reformar.

Críticas de occidente

Sean los que sean, habrá además una comisión encargada de confirmar o rechazar a los diputados y candidatos a las elecciones en base a su «patriotismo». Dicho requisito ha sido duramente criticado por las democracias occidentales y por numerosas voces en Hong Kong porque servirá, de hecho, para anular a la oposición política que reclama democracia, acusada de «antipatriota» o «independentista» por cuestionar el régimen único del Partido Comunista.

«El objetivo de esta resolución está claro, asegurar que los patriotas gobiernen Hong Kong», justificó el primer ministro, Li Keqiang, en su rueda de prensa virtual al término de la Asamblea Nacional. Tras las violentas protestas de 2019 reclamando democracia, el régimen impuso el año pasado una draconiana Ley de Seguridad Nacional que castiga prácticamente toda oposición política al tipificarla como «subversión». Unos cargos que, penados hasta con cadena perpetua, han sido imputados a medio centenar de políticos y activistas por organizar el año pasado las primarias del bando demócrata. Con esta reforma electoral, el autoritario régimen chino sigue estrangulando las libertades que tenía la antigua colonia británica bajo los principios de «un país, dos sistemas» y «alto grado de autonomía», supeditados ahora al modelo «solo patriotas para administrar Hong Kong».

Como también era de esperar, la Asamblea Nacional aprobó el informe del Gobierno, que prevé un crecimiento económico superior al 6 por ciento para este año y un aumento del 6,8 por ciento en los gastos militares, y el nuevo Plan Quinquenal (2021-2015), que busca la autosuficiencia de China en sectores tecnológicos clave para no depender de Occidente.

Acercamiento a Washington

Como también era de esperar, la Asamblea Nacional Popular aprobó este jueves el informe del Gobierno chino, que prevé un crecimiento económico superior al 6% para este año y un aumento del 6,8% en los gastos militares. Además, dio luz verde al nuevo Plan Quinquenal (2021-2015), que busca la autosuficiencia de Pekín en sectores tecnológicos clave, como los microchips, para no depender de Occidente en un entorno más hostil por la pandemia del coronavirus.

Intentando pasar página a las acusaciones de Estados Unidos durante la época de Trump y a su guerra comercial, el primer ministro, Li Keqiang, tendió la mano al nuevo inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, para recomponer las relaciones. «Espero ver diálogo entre ambos países en múltiples áreas y a varios niveles, incluso aunque no podamos resolverlo todo pronto», apeló en la rueda de prensa posterior a la reunión del Parlamento.

En su única comparecencia ante los medios de todo el año, y con las preguntas pactadas de antemano, Li respondió a través de una pantalla por seguridad contra el coronavirus. Al otro lado, un reducido grupo de periodistas que, para asistir a la clausura de la Asamblea en el Gran Palacio del Pueblo, tuvieron que hacerse una prueba PCR y pasar varias horas confinados en un hotel cercano antes de su traslado en autobús.

El próximo jueves, a su vuelta de Japón y Corea del Sur, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, y el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, se encontrarán en Alaska con el jefe de la diplomacia china, Yang Jiechi, y el ministro de Exteriores, Wang Yi. En este escenario explorarán ámbitos de colaboración, como el económico, para poner fin a la guerra comercial, y dejarán claras sus diferencias políticas. Además de Hong Kong, sobre la mesa están la tensión militar con Taiwán y en el mar del Sur de China y la represión en Xinjiang.

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