Milei mide hoy su popularidad en las urnas tras dos años en el poder
Argentina celebra este domingo elecciones legislativas para renovar la Cámara y el Senado con el líder ultra en la cuerda floja pese al apoyo de Trump
Dagoberto Escorcia
Domingo, 26 de octubre 2025, 06:36
Javier Milei, presidente de Argentina, está convencido de obtener este domingo un gran triunfo en las elecciones legislativas: «Somos el mejor gobierno de la historia ... y ahora Argentina es admirada por todo el mundo», dijo al cierre de la campaña en Rosario el pasado jueves. Para afrontar esta cita clave con las urnas, el dirigente libertario cuenta con el apoyo de Donald Trump: EEUU le ha prometido un paquete de ayudas de 40.000 millones de dólares.
Son unas elecciones legislativas en las que habrá renovación de la mitad de diputados de la Cámara (127 de 257) y un tercio del Senado (24 de 72). Las previsiones, como todo lo que pasa en Argentina, son diversas. Este país lleva años viviendo una situación límite, sin tener una salida clara, aunque para Javier Milei todo es mejor que ayer. De momento, sabe que tras estas elecciones tendrá que cambiar su gabinete.
La realidad, según fuentes económicas, es otra. La situación es caótica pese al apoyo de Trump. Argentina es un país agobiado por las deudas y lo mejor que ha logrado Milei en sus dos años de mandato es bajar la inflación, que desde 2020 no registraba un índice tan positivo (1,5%), aunque existen dudas sobre si es una cifra distorsionada. No obstante, durante estos dos años, Milei no ha podido librarse de las protestas de la oposición y de los ciudadanos, que han manifestado su descontento con marchas cívicas repetidas veces.
En el inicio de su mandato, la economía mejoró, pero ahora se ha estancado. Y hay denuncias de corrupción
Estas elecciones son una especie de vía crucis para Milei tras dos años en el gobierno. La expectación está centrada en si alcanza el 56% que le dio la presidencia. «No perdamos la esperanza. Vamos a salir adelante. Vayamos a votar. Por Argentina, la Libertad avanza», se podía leer al comienzo del texto publicado en X antes de cerrar su campaña en Rosario y que servía de entradilla al video que colgó en la misma red. Comparaba la Argentina de antes del 2023, y la de ahora, bajo su dirección.
Entonces, dice, Argentina estaba triste, tenía la mirada de los caminantes que ya no caminan, se moría de pena por tanta mentira, por las promesas que nadie cumplía, y la ciudadanía vivía con la nostalgia de los amantes que nunca se olvidan.
Ahora, en este octubre de 2025, Argentina no es la misma para Milei. Es un país que camina, esperanzado, con la mirada de la primera novia que nunca se olvida, y hoy, tras estos dos años con su presidencia, Argentina está linda y camina y camina. Es lo que dice el presidente y comparten muchos ciudadanos como los que el pasado jueves lo apoyaron en Rosario.
En su intervención, Milei no hizo autocrítica. Atacó a sus opositores. Al Congreso lo llamó «destituyente»; a Cristina Kirchner, expresidenta y hoy condenada por corrupción, la nombró como «la reina de la tobillera (por estar presa en su casa)», y al resto de exgobernantes los culpó de la gran crisis que encontró al llegar al poder: «Hay que entender que es imposible en 20 meses revertir 100 años de decadencia. Empezar de cero lleva tiempo. Encontramos un país destruido».
Ha mejorado en los sondeos
Milei dice tener confianza en las urnas. Ha mejorado en las últimas encuestas. Hace tres semanas no lo tenía todo tan claro. Ahora se siente competitivo. Además, le favorecen las divisiones y peleas entre los principales núcleos opositores, especialmente dentro del peronismo. Las batallas entre Cristina Kirchner y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kisilow, los dos del mismo partido, resultan cruciales.
Ha surgido un nuevo partido que se llama 'Provincias Unidas', formado por once gobernadores de origen diverso, algunos peronistas, otros radicales, otros del PRO, el grupo de Mauricio Macri... Proponen una tercera vía más moderada, que está de acuerdo con la austeridad, con el equilibrio fiscal.
«Son unas elecciones cruciales. Llegamos en medio de una crisis financiera económica y también política. El clima ha cambiado de forma muy significativa en los últimos cinco meses», sostiene el politólogo Sergio Berenzstein. Tanto en el último trimestre del año pasado como en el primero de este año, la economía se venía recuperando a un ritmo muy significativo. Sus números lo favorecían muy claramente. La oposición, al mismo tiempo, estaba muy mal. «La economía cambió completamente de ciclo en los trimestres segundo y tercero. Tenemos una caída del producto leve, pero caída al fin. Aparecieron denuncias de potenciales escándalos de corrupción. El país había firmado un acuerdo con el fondo en abril, que se suponía iba a permitir navegar sin dificultades. Pero fue necesario recurrir al Tesoro de los Estados Unidos. Y ahora llegamos a unas elecciones mucho más complejas y más inciertas de lo que las hipótesis oficialistas y de la oposición. Muchos gobernadores desdoblaron la elección, la adelantaron para evitar que coincidieran con la elección nacional y de ese modo, correr el riesgo que la ola prooficialista los perjudicara en sus provincias y terminó pasando lo contrario. El que llega más debilitado en términos relativos es el Gobierno», advierte Berenzstein.
El objetivo es evitar ir ante la justicia
Otros analistas opinan que a Milei en estas elecciones le basta con conseguir un tercio de diputados propios, y de ese modo evitar cualquier riesgo de juicio y la posibilidad de sostener los vetos presidenciales, en el caso de que el Congreso apruebe leyes que sean de riesgo en materia de sostener el superávit fiscal primario, que es el ancla más importante de todo el programa económico. Y de máxima, tener con aliados la posibilidad de aprobar leyes fundamentales para aumentar la competitividad y la productividad de la economía.
Es una economía que hace ya dos décadas sufre un estancamiento con alta inflación. Hace tres lustros que la economía no crece nada, que no genera empleo privado en materia neta, con lo cual, por el crecimiento vegetativo de la población, la indigencia han crecido de manera muy significativa. Por eso, lo económico es la variable determinante, no es ya la baja de la inflación, que era la demanda más significativa por mucho tiempo en la sociedad argentina, ahora es la incertidumbre respecto del futuro de corto y mediano plazo de la economía, que para muchos argentinos se convirtió realmente en una obsesión.
La recesión de los últimos seis meses ha generado un clima complejo. «Hay áreas del país y sectores económicos que están muy bien, como la industria energética, gas, petróleo y la minería, que son industrias que tienen un horizonte fabuloso en materia de crecimiento. Pero las grandes ciudades, el consumo masivo, por la caída del ingreso general de la mayoría de la sociedad, están muy castigadas», define Berenzstein. Milei, no obstante, anuncia que a partir de este domingo Argentina va a cambiar. Y que será el ejemplo mundial.
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