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Disturbios en Lagos.
Nigeria arde tras la brutal represión de una protesta

Nigeria arde tras la brutal represión de una protesta

Hasta 29 personas según algunas fuentes murieron el martes al disolver la Policía a tiros una manifestación contra su Unidad Antirrobo

gerardo elorriaga

Miércoles, 21 de octubre 2020, 21:31

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Una terminal de autobuses, el edificio de un canal de televisión progubernamental y residencias privadas, como la de la madre del gobernador del Estado de Lagos, fueron pasto de las llamas durante el martes en Lagos, la metrópoli nigeriana. Varios incendios elevaban grandes columnas de fuego sobre la urbe, con 21 millones de habitantes, y sometida a toque de queda desde hace cuarenta y ocho horas.

Esta crispación, que se han expandido a otras ciudades de la república subsahariana, responde a la represión ejercida contra los manifestantes de la campaña EndSARS, que reclama la disolución de la Unidad Especial Antirrobo de la Policía, conocida como SARS. La noche del martes, la respuesta a las protestas se cobró la vida de varios ciudadanos. Sin cifras oficiales, diversas fuentes citaban entre «uno» y «decenas» de fallecidos, y el periódico 'The Punch' hablaba de hasta 29 personas muertas al ser dispersadas a tiros las protesas.

La violencia es endémica en el gigante africano y tiene todo tipo de actores e, incluso, diferentes características regionales. La sublevación yihadista del norte tan sólo es una de sus formas, aunque ha producido más de un millón de desplazados. Las provincias centrales sufren las 'razzias' de los ganaderos musulmanes contra los agricultores cristianos y en el sur existe un conflicto enquistado en el sureste, que afecta a los pueblos afectados por la devastadora industria petrolífera, junto a una generalizada inseguridad, fruto tanto de la extensión de la delincuencia organizada como de la brutalidad de los cuerpos del Estado.

La nula estima hacia la Unidad Antirrobo se corresponde con la atmósfera de absoluta impunidad que gozan la Policía y el Ejército. El presidente Muhammadu Buhari alcanzó el poder gracias a un programa que pretendía combatir la corrupción instalada en la Administración, pero la realidad se ha impuesto. Dos décadas después de la instauración de la democracia, Nigeria sigue siendo una cleptocracia basada en la fuerza y la inoperancia del sistema judicial. La elite dirigente sigue esquilmando la Hacienda Pública sin recato alguno y las voces que claman contra el saqueo, como el emir de Kano y antiguo director del Banco Nacional, son desalojados de su residencia por los servicios de Inteligencia. La crisis económica ha agudizado las tensiones populares.

Orden de disolución

La iniciativa viral EndSARS pretendía la desaparición de este cuerpo, conocido por sus abusos procedimentales, pero ni siquiera la orden de disolución, dictada el pasado 11 de octubre, ha frenado las protestas. El presidente Buhari hizo ayer un llamamiento a la «calma» en todo el país y reiteró su «compromiso» con la aplicación de «reformas duraderas» en el seno de la Policía.

El portavoz de la Presidencia nigeriana, Femi Adesina, insistió en que, «como ha dicho el presidente, la solución inmediata del Escuadrón Especial Contra el Robo (SARS) es el primer paso en una serie de políticas de reforma que generarán un sistema policial que rinda cuentas ante el pueblo».

No existen certezas sobre el número de víctimas generadas por las convocatorias, pero, al parecer, los últimos estallidos en Lagos se deben a la presunta muerte de 9 manifestantes que participaron el martes en una concentración en el puente de peaje de Lekki. La viralización de vídeos que muestran ejecuciones en la calle ha caldeado los ánimos y extendido el miedo a nuevos choques.

La respuesta internacional a este fenómeno, comparado con el Black Lives Matter, busca el apaciguamiento. Antonio Guterres, secretario de Naciones Unidas, y Josep Borrell, jefe de política exterior de la Unión Europea, han solicitado el diálogo y la aplicación de la justicia, pero ya se comienzan a oír voces en Nigeria que piden la renuncia de Buhari. El candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden, también ha pedido el fin de la represión en uno de los aliados esenciales de la Casa Blanca en el continente africano

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