

Secciones
Servicios
Destacamos
Marruecos es un país desolado pero también enfadado, muy enfadado, por la respuesta institucional. No sólo del Gobierno de Rabat, al que buen parte de la población afectada acusa de una reacción tardía, sino también de Mohamed VI, cuyo silencio no ha sentado nada bien. ...
¿Ya estás registrado/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.