“Los ojos de los niños son vulnerables a los rayos UV”
Jueves, 16 de mayo 2013, 13:29
Con la llegada del periodo vacacional, la vulnerabilidad ante los efectos dañinos de los rayos ultravioleta (UV) solares sobre los ojos se incrementa considerablemente, afectando principalmente a la población infantil, lo que favorece al desarrollo de alteraciones oculares, desde la conjuntivitis hasta la catarata, principal causa de ceguera en el mundo.
“La protección solar en los ojos es una asignatura pendiente”, señala Isaura Galcerán, óptico-optometrista de Ópticas Herrera Cerpa. “Si las gafas de sol fueran un producto sanitario, solamente podrían dispensarse en establecimientos sanitarios o que dieran garantías de la seguridad de las lentes.
El problema es que la normativa las clasifica como Equipo de Protección Individual (EPI) y, por tanto, se puede vender en muchos sitios y es una práctica equivocada que puede causar problemas en la vista. A esto sumamos que con la crisis hay cada vez más gafas de bajo coste que no pasan ni los controles de la Comunidad Económica Europea ni los de sanidad, que no aportan la protección ni llevan los filtros adecuados”, subraya la especialista en salud visual.
A este respecto, Galcerán insiste en que una constante exposición al sol sin el uso de protección es un gran riesgo para la salud. “Y los ojos de los niños son los más vulnerables a las variaciones de los rayos UV. No hay conciencia social de la grave repercusión que tiene en los niños a largo plazo. Los efectos son desde la fotoqueratitis y la fotoconjuntivitis, que se pueden prevenir fa?cilmente mediante gafas de proteccio?n y no esta?n asociados con dan?os a largo plazo, hasta las cataratas, pterigio?n y carcinoma de ce?lulas escamosas de la co?rnea o la conjuntiva, un tumor raro de la superficie del ojo”.
La especialista insiste en que como señala la OMS, “si esta práctica se llevara a cabo, habría un retardo hasta de 10 años en la aparición de las enfermedades de la visión relacionadas con la edad y disminuiría la incidencia de catarata hasta en un 50 por ciento”.
Para detectar cualquier deficiencia visual, el papel del oftalmólogo es esencial. “Somos el primer punto de apoyo de anclaje del paciente, el primero que diagnostica, y segundo, cuando pasa a nuestras manos, hacemos un protocolo de examen”. La especialista explica que “si en el mundo hay aproximadamente 285 millones de personas con discapacidad visual, de las cuales 39 millones son ciegas y 246 millones presentan baja visión, el 80% del total mundial de casos de discapacidad visual”.
Para terminar, Galcerán concluye diciendo que “nuestra labor como ópticos optometrista es mantenernos siempre en las capacidades y expectativas reales del paciente, establecer el resto visual útil y prescribir ayudas ópticas y no ópticas para mejorar su calidad de vida”.
Una práctica desconocida
La profesión de ópticooptometrista ha evolucionado mucho en los últimos años, y hoy en día es un grado universitario. Además, la tecnología han traído una mayor preocupación por el tema clínico dentro de la actividad óptica. Incluso antes de este reconocimiento legal, la formación continuada de los titulados y tituladas en Óptica y Optometría ha tenido una gran importancia para garantizar una capacitación profesional al nivel que la sociedad canaria exige.
“Existe un desconocimiento general de lo que abarca nuestra profesión y lo que podemos hacer por la salud visual de las personas”, reconoce Isaura Galcerán. “Nosotros creemos que la óptica-optometría es la profesión sanitaria que está en primera línea de la atención visual. Ante cualquier problema ocular, hay dos posibilidades: que el ópticooptometrista lo pueda resolver por sus medios habituales, o que, si vemos una posible patología porque tenemos conocimientos para ello, lo remitamos a los servicios médicos correspondientes. Es decir, atendemos los aspectos funcionales de la visión, que son factibles de corregir con una compensación óptica o el adecuado tratamiento visual”, puntualiza.