Borrar
Woody Allen, un cinéfilo sin rival

Woody Allen, un cinéfilo sin rival

Jueves, 1 de enero 1970

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Para Jorge Fonte, la obra de Woody Allen tiene pocos secretos. Ha visionado sus 47 películas muchísimas veces. La última de ellas para encontrar las huellas de su cinefilia en su filmografía. El resultado es un libro con 300 fotografías titulado Tras desmenuzar su vida y su obra, las referencias literarias de su filmografía y la importancia de la música en sus películas a través de sendos libros, Jorge Fonte (Tenerife, 1967) presenta su cuarto volumen sobre Woody Allen. Esta vez, el escritor cinematográfico publica una obra profusamente ilustrada sobre la cinefilia del neoyorquino y el modo en que la ha llevado a la pantalla. Woody Allen. El cine dentro de su cine (Diábolo Ediciones) es un álbum ilustrado centrado en la pasión más intensa del realizador. «Hay cineastas cinéfilos como Peter Bogdanovich, Martin Scorsese o Spielberg, pero, sin duda, ninguno lo es tanto como Allen. Aprendió cine viendo cine. Esa fue su escuela cinematográfica», afirma Fonte. En este sentido, el autor se centra en la primera parte del libro en cómo su cinefilia se plasmó en sus películas a través de relatos autobiográficos. Su afición a frecuentar los cines desde niño queda retratada en Annie Hall y, sobre todo, en. Desde pequeño, Allen acudía casi a diario. «Dejabas atrás tu casa modesta y todos tus problemas como el colegio, la familia y todo eso, y te ibas al cine y allí la gente tenía áticos y teléfonos blancos y las mujeres eran encantadoras y a los hombres siempre se le ocurría una observación ingeniosa en el momento oportuno», explicaba el cineasta en el libro Woody por Allen. Por ello, cuenta Fonte, es raro encontrar una película suya en la que los personajes no vean una película o hablen de sus títulos favoritos. Ejemplos extremos de la inclusión del cine en su obra son Sueños de un seductor, con guión de Allen, donde Bogart le aconseja cómo tratar a las mujeres y se homenajea Casablanca o La rosa púrpura de El Cairo, que arranca con la banda sonora de Sombrero de copa, interpretada por Fred Astaire. Clásicos y rarezas irrumpen en sus diálogos desde Ladrón de bicicletas (1948), de Vittorio De Sica, a Chûshingura (1963), de Hiroshi Inagaki. Títulos, todos ellos, inventariados por Fonte.

DESDE BOB HOPE A FELLINI.

Las influencias de Woody Allen son variadas, explica Jorge Fonte que detecta dos etapas en su trayectoria. «La inicial, previa a Annie Hall, donde crea a un personaje torpe y cobarde obsesionado con el sexo: este perfil está sacado de Bob Hope», comenta el experto. Además, señala que en este periodo bebió de varios cómicos del cine mudo. Groucho Marx fue otra de sus fuentes. «Aparte de copiar la escena del espejo de Sopa de Ganso en El dormilón, en Todos dicen I love you, hay una escena en la que todos van disfrazados de Groucho en una fiesta en la Filmoteca de París. Lo idolatra», dice.

Sin embargo, a pesar de su dominio de la comedia, Allen, en realidad, adora el cine dramático y, a partir de Annie Hall, sus referencias serán otras. «Interiores es una copia descarada de Bergman en lo temático y en lo visual. Lo copió dos veces más con Septiembre y Otra mujer que, de las tres, es la mejor», explica el escritor.

Otro de sus referentes es Fellini. «Recuerdos es una calcomanía de 8 y medio, casi plano por plano, y Días de radio está influida por Amarcord».

Hitchcock, Orson Welles y Billy Wilder también marcaron su forma de hacer cine.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios