Una moneda al aire en Villarreal
Y las nubes de la UD se despejaron. Ya no hay sospechosos en el vesturio y ahora ni siquiera se echan de menos a los que no están. Las Palmas visita El Madrigal renacido en la clasificación y en el alma. Contra el Villarreal empezó todo.
Dos triunfos sanadores. Tan trascendentales como inesperados por la tormenta que amenazó con acabar con todo y todos. Los jugadores, el cuerpo técnico y la afición vuelven a sonreír. Ante el Villarreal comenzó el cambio. Aunque algunos apunten el mérito al Getafe del 4-0 por el despido procedente y guionizado. Una vuelta después del desembarco de Setién, con un vestuario a prueba de bombas, el equipo sigue vivo en la clasificación. Y eso, para un recién llegado con tendencia a la autodestrucción, es todo un logro a falta de once jornadas para el fin.
Le ha costado al entrenador cántabro meter en vereda a los jugadores. Tanto para situarlos en la pizarra como mantenerlos a raya. Un conato de incendio cada semana y una enfermería poblada por culpa de una pretemporada de chiste, frenaron la estimulación del nuevo entrenador, que debutó en el banquillo pacificando los ánimos y tirando una moneda al aire para dibujar una alineación improvisada al azar.
El tiempo parece haberle dado la razón a quienes apostaron por Setién. No tanto por los resultados, pues el final de Liga dictará, sino por su firme convicción en una propuesta tan arriesgada como ambiciosa y su capacidad para gestionar vestuarios conflictivos. Muestra de ello es haber convertido el último escándalo en una anécdota de patio de colegio.
Quique vuelve a vérselas con el Villarreal una vuelta después. Toda una eternidad en un club acostumbrado a vivir intensamente el minuto a minuto. Pero ahora su Unión Deportiva es más reconocible a pesar de las bajas. Sabe a lo que juega y, lo que es más importante, gana. Tanto dentro como fuera. Roque, sancionado, Wakaso y Athami, nuevas víctimas de la pandemia, se quedaron en la isla. Sin los canarios la UD pierde carisma y anclajes de seguridad, sin el ghanés fulgor y pasión en el campo. Sin embargo, empujado por los puntos, el vestuario ahora no se achanta por las bajas. Mutó tantas veces durante el campeonato que todos se conocen con la luz apagada. Las Palmas ha automatizado movimientos sin nombres de pila.
Y así, fuera de descenso, y con la autoestima recuperada, se presenta en la casa del más modesto de los grandes. El equipo de Marcelino, lobo con piel de cordero, se ha colado entre los primeros a la chita callando. Sin hacer ruido, amenaza con la previa de Champions al Madrid desde la cuarta plaza y aún se mantiene firme en esa competición continental para segundones. El Leverkusen también jugará a favor de Las Palmas hoy. Fuera de descenso, en pleno estado de felicidad contenida, el equipo de Setién, este sí, busca el más difícil todavía con la serenidad de verse fuera de los señalados y la convicción se haber superado todas las adversidades después de empatar en aquel partido del debut de Setién.