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Un grancanario en la cúpula de la Armada

Jueves, 1 de enero 1970

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Gran Canaria, vinculada a la mar desde tiempos que se pierden en la noche de los tiempos, cuando ignotos e intrépidos marinos conocían y aprovechaban sus magníficas condiciones como puerto natural, que entró en la historia grande de la humanidad de la mano de otro gran marino, el almirante Cristóbal Colón, que conoció la presencia, a veces trágica, de grandes armadas, como la del almirante holandés Pieter Van der Does, con 73 navíos, que trabajó incansable por su gran puerto y por organismos que eran imprescindibles como la Comandancia de Marina, ha dado también muchos y valiosos marinos, que siguieron carreras tan destacadas que les mereció alcanzar los grados más relevantes como almirantes de la Armada Española. Baste recordar algunos de ellos como el contralmirante Wenceslao Benítez Inglott, que a su condición de marino unió la de científico de prestigio internacional al frente del Observatorio Astronómico de la Armada en San Fernando, Cádiz, o al almirante Fernando Meléndez Bojart, que de joven estudió en Francia tutelado por el eminente científico Rene Verneau, amigo de su familia, que dominaba varios idiomas y casó con la distinguida dama grancanaria de origen británico Phyllis Cecilia Blandy Rymer, que fue de los primeros en mandar la Base Naval de Las Palmas, agregado Naval en Washington durante varios años, que fueron cruciales para la modernización de la Armada, y llegó a ocupar también la Jefatura de Estado Mayor de la Armada y el cargo de almirante-presidente del Tribunal Marítimo Central, o el vicealmirante Tomás Gómez Arroyo, hijo del pintor isleño Tomás Gómez Bosch y nieto por parte de madre del arquitecto Laureano Arroyo Velasco, autor del proyecto del edificio de la Comandancia de Marina, fue comandante de Marina en el Sáhara, agregado naval en Chile y comandante general del Arsenal del Ferrol, el contralmirante José Ignacio González-Aller Hierro, nombre imprescindible en los estudios de la Historia Naval Española a quien tanto debe el Museo Naval de Madrid, o el almirante Rafael de Morales Romero, sobrino del poeta grancanario Alonso Quesada, que falleció en abril del año pasado tras seguir una brillante carrera en la que tuvo cargos de enorme importancia en la UEO, fue jefe del Arsenal de Cartagena y almirante jefe de la Zona Marítima del Cantábrico. Ahora otro marino nacido en Las Palmas de Gran Canaria, en 1952, el almirante Jaime Muñoz-Delgado y Díaz del Río, tras una brillante y significada carrera profesional, alcanza el máximo puesto de responsabilidad en la Armada Española al nombrarle el Consejo de Ministros, en su reunión del viernes 27 de julio de 2012, almirante jefe de Estado Mayor de la Armada, convirtiéndose, tras el almirante Meléndez Bojart, en el segundo grancanario que accede a tan alto y señero puesto de mando. Tras su paso por la Escuela Naval Militar de Marín, el nuevo AJEMA tuvo destinos a flote en la corbeta Vencedora, las fragatas Andalucía y Vicente Yáñez Pinzón y los submarinos Marsopa, Tonina, Siroco, Narval y Galerna, ostentando el mando de buques como el submarino Siroco, el patrullero Bergantín, el buque de desembarco Hernán Cortés y de la Flotilla de Submarinos. Muñoz Delgado, que es diplomado en Estado Mayor y especialista en submarinos y en comunicaciones, en destinos de tierra ha ocupado cargos como la Jefatura de Apoyo Logístico como director de Mantenimiento, almirante jefe del Arsenal de Cartagena, cargo que también tuvo el grancanario Rafael de Morales, y desde el pasado 20 de enero era almirante jefe de Apoyo Logístico de la Armada. Un intenso trabajo dentro y fuera de España que le ha merecido reconocimientos y condecoraciones como la Gran Cruz, la Cruz, Encomienda y Placa de San Hermenegildo, la Gran Cruz del Mérito Naval, cinco cruces al Mérito Naval, la Medalla de la Liberación de Kuwait, o Medalla de la OTAN y de la UEO. Gran Canaria se enorgullece hoy con este nombramiento, pues tan brillantes méritos personales de este distinguido marino oriundo de su capital insular viene a resaltar, una vez más, esa intensa relación de la isla con la historia naval.

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