Tenerife se convierte en un cementerio de plataformas
Los analistas internacionales de Nordea Markets han elaborado un detallado informe sobre el sector offshore en el que, dada la caída de la demanda por los bajos precios del crudo, prevén un horizonte complicado para los próximos dos años. En su análisis incluyen un listado de 109 plataformas que serán achatarradas en breve. Entre ellas están las cuatro que hoy duermen en el Puerto de Tenerife.
El grupo Nordea Markets (cuyos análisis tienen en el mundo marítimo la misma categoría que los realizados por Morgan Stanley o Fitch sobre macroeconomía) ha publicado un informe bajo el título Nowhere to run, nowhere to hide, en el que dibuja un negro panorama para el negocio offshore durante los próximos dos años.
La espectacular caída del precio del crudo en menos de un año -hoy está a menos de 50 dólares el barril- y el consecuente descenso de la demanda -más de un 13% desde el pico alcanzado en julio de 2014- colocan al sector en una difícil encrucijada. La incorporación además en un plazo de tres años de 85 nuevas plataformas -un 30% de la flota actual- obligará al achatarramiento de unas 200 embarcaciones offshore, de las que 109 son plataformas y el resto, buques perforadores.
Los analistas de Nordea detallan en lo que llaman «La lista de la muerte», esas 200 embarcaciones, entre las que se encuentran las cuatro plataformas que alberga el Puerto de Santa Cruz de Tenerife desde hace meses. En concreto, se trata de la Ensco DS1; la Ensco DS2; la Ensco 6000 y la Ensco 7500. Estos gigantes han sido sometidos en el Puerto de Tenerife labores de limpieza, recogida y cierre ante la falta de contrato con una petrolera, según indican fuentes cercanas.
«El único factor que puede restaurar el equilibrio del mercado en los próximos dos años es el desguace o apilamiento de unidades», señalan los analistas de Nordea en su informe. Según consideran, la antigüedad de estas plataformas -como la Ensco 6000, que tiene casi 30 años- hace inviable que vuelvan a la actividad. «Su jubilación será inevitable», se apunta en el análisis.
Desde Nordea Markets se pone como ejemplo lo ocurrido en anteriores recesiones, como a finales de los 90 y principios del año 2000. Entonces la demanda se redujo un 25% y la flota se recortó un 20%.