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Sergio Lobera, contra viento y marea

Lunes, 16 de diciembre 2013, 01:21

Sergio Lobera seguirá siendo entrenador de la UD pase lo que pase en el doble compromiso que aguarda al equipo esta semana (el miércoles en Almería, en la vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, y el domingo, Liga en Huelva frente al Recreativo para cerrar el año en curso). En el club no se plantean cambios en el banquillo ni en el peor de los escenarios a corto plazo.

Lobera arrancará 2014 al frente del proyecto pese a que los debates sucesorios abundan a cuenta de la nefasta racha de Las Palmas, que ha encadenado cuatro derrotas en otros tantos compromisos oficiales. Ni las pésimas señales que emite el equipo, cuyo despeñamiento es evidente, ni el hartazgo de la afición, que el sábado explotó contra el orden establecido, harán cambiar la firme determinación de Miguel Ángel Ramírez de mantener al técnico en su cargo. El presidente de la entidad tiene el voto de calidad en las decisiones más estratégicas y la del relevo en la banda es una de las maniobras trascendentes en este capítulo.

Aunque en Pío XII hay posturas divergentes, con voces que sugieren la conveniencia de un golpe de timón y otras que apuestan por proteger al entrenador, Ramírez hará prevalecer contra viento y marea su decisión de seguir con Lobera, tal y como le ha hecho saber al propio interesado. Entiende que es el profesional más acreditado para conducir este proyecto al éxito y no ha perdido su confianza en la capacidad de una plantilla ahora muy por debajo de las expectativas. No es la primera vez que el máximo mandatario da cobijo a Lobera en tiempos de crisis. La temporada pasada le mantuvo en el cargo tras un pésimo inicio de campaña en el que la UD llegó a ser colista.

Ahora va a repetir blindaje aunque con el matiz mayúsculo de que la situación clasificatoria es mucho más saneada y que, de momento, las aspiraciones de ascenso no se han visto comprometidas en la tabla. Sin haber sumado punto alguno de los últimos nueve en juego, Las Palmas sigue ostentando una posición competente y, pese a que suene paradójico tras el último ridículo, continúa dependiendo de sí misma para cumplir con los objetivos propuestos. No están siendo fáciles las últimas horas en una UD que hasta hace tres semanas alternaba resultados con buenos ratos de fútbol. Ahora no hay rastro de puntos y tampoco es reconocible un equipo en el que no todo se achaca a la ausencia de Apoño, quien purga una sanción de seis partidos que está coincidiendo con el bache actual.

La directiva está decidida a remar en la misma dirección a propósito de la figura de Lobera, a la que también avala el núcleo duro del vestuario (capitanes y jugadores más veteranos). Y, desde la zona noble, se niega categóricamente que se haya sondeado el mercado en busca de sustitutos, pese a que no han tardado en aflorar rumores citando posibles alternativas.

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